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El Campeonato Panamericano juvenil de clavados concluyó el pasado 1ro. de octubre en la ciudad canadiense de Victoria y allí la delegación cubana alcanzó desempeños que invitan a pensar en un renacer exitoso de este deporte en la Isla, el cual es de los menos favorecidos a la hora de insertarse en competiciones foráneas.
Un total de nueve adolescentes viajaron a esa nación norteña, y de ellos ocho se involucraron en su primera experiencia fuera de Cuba, a excepción de la habanera Anisley García, principal figura de casa. Tras concluir la competición, los muchachos continuaron una base de entrenamiento con el equipo de Victoria, desde donde Milagros Lourdes González, comisionada nacional de la disciplina, conversó con JR.
«Nuestro objetivo para este campeonato fue superar la actuación de hace dos años en Cuba, cuando se concluyó en la sexta posición, con dos metales bronceados de Anisley. Ahora terminamos en la cuarta plaza entre siete países, pues alcanzamos cinco preseas, una de oro, de Jeniffer Medina (categoría 12-13 años) en el trampolín de tres metros, dos de plata e igual cantidad de bronce. Nos presentamos con buen nivel técnico de todos los atletas y lo demuestran los lugares y puntuaciones obtenidas por los niños», declaró la federativa.
—¿Qué ocurrió con la prometedora Anisley García, que quedó por debajo de sus posibilidades reales?
—Es una atleta joven, que tiene grandes propósitos a cumplir. A diferencia del anterior Panamericano, estuvo por debajo, tiene que adaptarse a su nueva categoría competitiva, algo que no le debe costar trabajo lograr, pues es una excelente deportista, disciplinada, valiente, enamorada del clavado y con muchos deseos de llegar lejos. Está en su preparación para los Juegos Centroamericanos, centrada en elevar la complejidad de sus saltos.
—Creo que la inclusión en el colectivo de entrenadores del clavadista más grande que ha tenido Cuba, el santiaguero José Antonio Guerra, fue algo vital en el desempeño y lugar alcanzados. ¿Concuerda con mi apreciación?
—Contar con la experiencia de Jose, su ejemplo y dedicación, es un motor impulsor para cualquier colectivo de atletas. Está muy bien preparado y ha tenido siempre la asesoría de su entrenador Lino Socorro. Los atletas lo quieren y lo respetan, y muy importante, tiene la vivencia de haber sido un extraordinario clavadista, no solo para Cuba, sino que está catalogado como uno de los mejores del mundo. ¿Se puede pedir más? Es un privilegio tenerlo como entrenador en la selección nacional.
