Cayo Hueso marcó el colofón de lo que para muchos pudo haber sido una agonía y para un trío de chicas estadounidenses devino puro gesto de voluntad y filantropía. Cynthia Aguilar, Aimee Spector y Karen Figueroa salieron el jueves de la Marina Hemingway habanera y llegaron en la mañana de este viernes a la Florida, en un trayecto que demoró poco más de 24 horas a bordo de una tabla de surf de 365 centímetros, que rotaban cada dos horas.
Ellas cumplieron el trazado sustentadas en la modalidad de paddleboarding, cuyos practicantes son impulsados, entre otras variantes, por un movimiento de brazadas similar a la natación, como fue el caso.
Hicieron lo inédito, y si no establecieron un récord Guinnes, que era uno de los propósitos, sí certificaron una lección de amor al prójimo, pues la travesía compone la iniciativa Cold Hands Paddle, que recauda ingresos para la fundaciones caritativas Ocean of Hope, para enfermos de sarcoma, y Special Olympics Florida, que atiende atletas con discapacidad.
La gesta, imposibilitada de celebrarse el martes por los vientos fuertes y el intenso oleaje, venció el cansancio del nadar continuo, las adversidades que encierra el océano y las temidas corrientes del Golfo. Fue un cuño de osadía, amor por la igualdad y un nudo humano de amistad entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos.