Con dos victorias para cada uno en la subserie entre ellos, los líderes de la zona oriental, Santiago de Cuba y Camagüey, no solo conservaron el abrazo en la cúspide, sino también una cómoda ventaja sobre los demás equipos de aquella zona. Todo lo contrario sucede en el oeste, donde ahora mismo ni el último lugar está totalmente descartado, en la 4ta. Serie Nacional sub-23.
Luis Ulacia trató de zafarse de los indómitos, y envió este martes a dos de sus mejores cartas al box en un programa doble jugado en el Cándido González. A primera hora, Dariel Góngora llegó a su quinto éxito en el certamen, pero en el duelo del cierre, Arbelio Quiroz no pudo imitarlo.
Las Avispas contaron entonces con una sólida faena del lanzador Adrián Ramírez y un bambinazo tempranero de Yoelquis Guibert en el primer capítulo con un hombre en circulación.
Donde sí está ardiendo el torneo es en el occidente, pues la última subserie deparó sorpresas y algunos movimientos en la tabla de posiciones. Ahora Villa Clara y Matanzas se ubican en la vanguardia, pero con un cuarteto pinchándole —y con lanzas afiladísimas— la espalda.
Los Naranjas se liaron a ceros con los Piratas, hasta que en el noveno los isleños marcaron una carrera y obligaron a los muchachos de Ariel Pestano a doblar la apuesta. Y estos, que el domingo habían perdido un juego que ganaban 8-3 a falta de tres out, respondieron como les pidió su director.
Matanzas concretó una barrida que nadie había pronosticado ante la selección de Pinar del Río. Con ese resultado, los Cocodrilos se quedaron junto a los villaclareños al frente de la zona, pues los otros dos elencos que habían amanecido ayer como líderes quedaron detrás por diferentes causas: Cienfuegos cayó ante La Habana y Artemisa no pudo jugar a causa de la lluvia.
Del resto, los Gallos espirituanos les dieron otro picotazo a los Cachorros de Holguín y si siguen con ese ritmo victorioso pudieran ser los que más resistencia les ofrezcan a los punteros del este por los dos boletos a la postemporada.