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Muy peleado fue el tercer partido entre Tigres y Vegueros. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:30 pm

PINAR DEL RÍO.- Del mismísimo estadio Capitán San Luis de esta ciudad, los Tigres pasaron el susto más grande en lo que va de postemporada, pero sacaron las garras para proseguir su paso perfecto en siete presentaciones. Con su dramático triunfo, no solo se colocaron a uno de retener la corona conquistada hace un año, ya además se quitaron del medio a Yosvani Torres, el as de la rotación de los Vegueros pinareños, para hacer ahora algo más viable el camino al trono.

No obstante, todavía la barrida queda en la zona de lo inverosímil, pues los dirigidos por Roger Machado se presentan hoy otra vez en patio ajeno, y sobre todo porque el rival no es de los que baje los brazos en situaciones adversas. Y este domingo lo demostró una vez más.

El duelo de este domingo comenzó con una velocidad de vértigo, con ambos bandos muy agresivos en el cajón de bateo, al punto que tanto Torres, como el abridor avileño Dachel Duquesne, apenas necesitaron seis lanzamientos para liquidar la primera entrada del juego.

Como si viviera en medio de las urgencias del rival, la visita hizo todo lo que pudo para tomar la iniciativa. Desde su puente de mando se ordenó el sacrificio con un out en la tercera entrada, estrategia que dio resultado cuando Yorbis Borroto sopló cohetazo impulsor. Quedaba muy clara la idea de sacar cuanto antes del box a Torres, y lo lograron un inning más tarde, después que Luis Robert le conectara cañonazo a la pradera central con todas las bases ocupadas.

Del otro lado mejoraron las prestaciones ofensivas, al menos en lo cuantitativo, con una factura que llegó hasta los 16 imparables. Pero la mayoría de los intentos locales –dejaron nueve corredores en bases— chocaron contra la buena mecánica defensiva de los avileños y los propios errores mentales.

Por eso, un Dachel Duquesne ni remotamente parecido al que dominó a Industriales hace unos días, logró caminar sin permitir carreras hasta el séptimo inning, y solo después de su salida, la tropa pativerde comenzó a carburar. Primero frente a los inefectivos envíos de relevista Alberto Bicet, y luego ante Yunier Cano, algo desconcentrado a la hora de matar el partido.

Foto: Juan Moreno

En definitivas, la diferencia la estableció el largo batazo que Osvaldo Vázquez le conectó al relevista Frank Medina con un hombre en base, que cayó en la famosa «lomita» detrás de la cerca de la pradera izquierda.

En las postrimerías, las altas temperaturas que fueron tomando el partido –fueron muy cuestionados los conteos del principal— llegaron al punto de ebullición con un encontronazo entre Lázaro Ramírez y Raúl Valdés en la antesala, pero afortunadamente todo quedó en escaramuzas. Aplaudible fue la decisión de Roger de prescindir de su tercera base, aunque hay que reconocer que, tanto los árbitros como la dirección de ambos equipos actuaron con ecuanimidad.

Ahora, sin la más mínima posibilidad de fallo, la novena pinareña saldrá hoy a buscar un triunfo que alargue su presencia en esta final, y así salvarse al menos de la barrida. Según anunciaron los directores de ambos elencos, será el derecho Vladimir García el encargado de la apertura por los avileños, mientras que Erlis Casanova será la designación de los anfitriones.

Hasta el momento, en solo cinco ocasiones una final ha terminado en «pollona». Precisamente Pinar del Río fue el primero en hacerlo con su 4-0 sobre Villa Clara (1997) y le siguió Santiago de Cuba frente a los vueltabajeros (2000). Luego lo hizo Industriales, dos veces sucesivas ante Villa Clara (en 2003 y 2004) y cierra la cuenta el triunfo santiaguero sobre los pinareños en el 2008.

Foto: Juan Moreno

Hablan los protagonistas

Concluido el tercer partido de esta final, ambos mentores ofrecieron a la prensa sus impresiones. Para Jorge Ricardo Gallardo, sus pupilos tuvieron muchas fallas en lo táctico y eso provocó el resultado. «Desaprovechamos muchas oportunidades y eso nos costó al final. Los muchachos demostraron que están dispuestos a luchar, y aunque el play off está para Ciego de Ávila, estoy seguro que saldrán a darlo todo sobre el terreno», añadió.

Sobre una situación que se dio en la caseta entre jugadores del equipo, Gallardo comentó que esas son cosas que pasan al calor del juego y desestimó que eso haya provocado luego la expulsión de Andy Sarduy, por protestar, cuando estaba en segunda base, un conteo del árbitro principal.

El timonel de los occidentales explicó que, a pesar de los problemas que tiene en sus filas, piensa mantener la alineación, que hoy no pudo contar con el inicialista William Saavedra, y presentó a un disminuido Yusniel Ibáñez.

Por su parte, Roger Machado quitó, en la medida de lo posible, importancia a este triunfo al indicar que el vencedor es el que gane cuatro partidos y a ellos les falta uno. «Sabemos la calidad del rival, su historia y su capacidad para remontar marcadores. En los finales los pinareños se ponen complicados y no podemos confiarnos».

Sobre el estado de Yorbis Borroto, el estratega explicó que es una lesión recurrente en el paracorto avileño. «Se le disloca la articulación y hay que recolocarla. Él quería seguir jugando, pero consideramos que era innecesario. Estaremos al tanto de su evolución y esperamos que no sea lo más complicado».

Preguntado sobre el incidente al final del juego, Roger consideró que no debe tener mayor trascendencia. «Los dos son buenos muchachos. Creo que al final todo quedará en eso, pero igual, le pedimos disculpas a Gallardo y al equipo de Pinar del Río por lo sucedido, y trataremos que no vuelva a ocurrir», agregó.

Por su parte, el lanzador Dachel Duquesne consideró vital la defensa de sus compañeros para lograr este importante triunfo. «Uno se siente más confiado, sobre todo cuando no estaba en mi mejor forma». Mientras, el cerrador Yenier Cano se mostró optimista de cara al siguiente partido y no escondió su satisfacción por volver a cumplir con su trabajo. «Siempre me preparo para este tipo de situaciones. Sabía que estaba frente a un equipo difícil, que nunca se da por vencido, y me tuve que esforzar al máximo, porque bateadores como Saavedra o Alarcón salieron a conectarme un batazo», sentenció.