El robo de bases fue una de las armas de los boricuas. Autor: Ricardo López Hevia Publicado: 21/09/2017 | 06:26 pm
SANTO DOMINGO, República Dominicana.— Cuando el mánager Roger Machado dijo, después del desafortunado estreno de sus Tigres, que esa no era la imagen del equipo, nadie imaginó que el nuevo rostro fuera el exhibido este miércoles sobre el diamante del legendario estadio quisqueyano. Primero, porque a pesar del revés, el grupo no había desentonado en el cajón de bateo, y porque en la trinchera de enfrente se encontraba la representación boricua, nuestra única víctima en las fases clasificatorias de las dos incursiones precedentes de la Serie del Caribe.
Pero en uno de esos giros radicales que a ratos toman las historias, los Cangrejeros de Santurce masacraron sin misericordia al staff de lanzadores cubanos, casi todos sin la velocidad y el dominio necesarios para salir ilesos en estas lides.
Tampoco era imaginable la revolución que sufrió la alineación, más por el orden que por los cambios, pues la presencia del zurdo Andrew Barbosa en el montículo boricua servía como coartada para las ausencias de Stayler Hernández y de Ariel Borrero. Mas llamó la atención ver a Yosvani Alarcón por detrás de hombres como Yeniet Pérez y Yoelvis Fiss, sin dudas con menor poder de fuego que el enmascarado tunero.
Pero la variante, así como otros movimientos en medio de la tormenta, fueron apenas datos de peso menor al lado de la pálida demostración de los serpentineros que desfilaron por el box. El zurdo pinero Wilber Pérez apenas se sostuvo durante par de innings, y la presentación de Liván Moinelo, un comodín de lujo en las más recientes incursiones internacionales, quedó muy por debajo de las expectativas, y no solo por el largo estacazo de Kenny Vargas. Dachel Duquesne no fue el remedio para la catástrofe, traducida en siete anotaciones que desintegraron muy temprano cualquier posibilidad de triunfo.
Mal, muy mal síntoma que, antes de concluir el primer tercio del juego, ya los boricuas habían sido beneficiados con cinco boletos. Igual el hecho de que fallaran 11 bateadores entre el imparable de Yulieski Gurriel en el primer capítulo y el conectado por Fiss en la parte baja del quinto, cuando evitaron que Barbosa se fuera a la cueva con la cuenta en blanco. También que Alfredo Despaigne, el máximo referente de la tanda gruesa, no haya hecho la cruz en el juego, acumule tres ponches en dos partidos, y haya declinado la invitación para participar en el derby de jonrones previo, por molestias en uno de sus hombros.
Definitivamente, fue una noche nefasta para los Tigres. Por estadística, esta fue la paliza más encarnizada que ha sufrido un equipo cubano desde que en Isla Margarita regresamos al concierto caribeño.
Ahora queda por ver la capacidad psicológica del grupo para reponerse de la soberbia zarandeada y protagonizar otra épica remontada, como la de hace un año en San Juan. La siguiente batalla promete ser igual de complicada, pues otros felinos, los de la venezolana Aragua, se han presentado con una artillería de respeto. Y viendo el estado que ha mostrado el staff de lanzadores cubano, ganar todo lo que queda por delante toma visos de utopía.
Todo parece indicar que sería el pinareño Vladimir Baños el encargado de asumir el trance, aunque al momento de redactar estas líneas la ausencia de representación cubana en la conferencia de prensa hizo imposible la confirmación.
Venados sueltos
Durante la jornada, quizá la más intensa y esperada en lo que va de torneo, los Venados de Mazatlán sumaron su tercer éxito de forma consecutiva para seguir acomodados en la cima de la tabla de posiciones.
Los discípulos de Juan José Pacho volvieron a estar desbordados a la ofensiva frente a los Tigres de Aragua, y clave para la sonrisa fue la buena apertura de Esteban Soto, quien trabajó durante casi seis capítulos tolerando seis hits, par de anotaciones y ponchando a cuatro bateadores.
Con la tranquilidad de sentir el boleto semifinalista en sus bolsillos, los aztecas asumirán hoy su programado descanso.
Honores y batazos
Una vez más, el béisbol de la región rindió honores a sus estrellas con una nueva exaltación al Salón de la Fama de la Serie del Caribe, que en esta ocasión tuvo como protagonista a los dominicanos Felipe Alou, Tony Peña, Gerónimo Berroa y Luis Apolonia.
Mientras, en el esperado derby de jonrones, Yosvani Alarcón (Tigres de Ciego de Ávila), Clyde Hankerd (Venados de Mazatlán), Neftalí Soto (Cangrejeros de Santurce), Félix Pérez (Tigres de Aragua) y el ex Grandes Ligas dominicano Vladimir Guerrero, fueron los protagonistas.
Esta vez el festival tuvo la particularidad de premiar al mayor productor de vuelacercas durante cuatro minutos. En la ronda preliminar Alarcón despachó tres pelotas más allá de las cercas; Henkerd, una; Soto, cuatro; Pérez, ocho y Guerrero, tres.
Ya en la fase decisiva entre el boricua Soto y el cubano Pérez, este último superó el único estacazo de su contrincante para llevarse los honores.