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El equipo cubano tuvo un infeliz estreno ante Canadá en el torneo Premier 12 porque su ofensiva jamás asomó la cabeza por el estadio Intercontinental de Taichung, en Taipéi de China

Autor:

Raiko Martín

Digámoslo desde un inicio. El equipo cubano tuvo un infeliz estreno en el torneo Premier 12 porque su ofensiva jamás asomó la cabeza por el estadio Intercontinental de Taichung, en Taipéi de China. Hubo en el duelo algún que otro detalle cuestionable, pero ninguno con un peso más trascendental en la derrota que la incapacidad de interpretar los envíos del canadiense Chris Leroux. Tampoco los de Andrew Albers, ni los de Scott Richmond, y aunque se trate solo de la primera escaramuza en el torneo, se imponen los correctivos a tiempo para que acabe de aparecer el poder de ataque sobre los diamantes asiáticos.

El abridor norteño tuvo que ajustar la mirilla para sortear sin mayores daños el primer cruce con la tanda cubana, que solo por eso pudo descontar, sin apenas conectar un imparable, una de las tres carreras de desventaja que encontró de partida. Pero en lo adelante, sus lanzamientos comenzaron a hacer estragos, más por la movilidad y precisión que por una velocidad extrema que nunca tuvieron.

Todo lo contrario sucedió con el vueltabajero Yosvani Torres, quien apenas pudo completar su primera entrada en el torneo. Se topó con un error de Rudy Reyes apenas descorrido el telón, y el experimentado Peter Orr, uno de los siete zurdos alineados por el timonel Ernie Whitt, maximizó el castigo con un largo cuadrangular sobre la barda de la derecha. Otra carrera más llegó de forma inmerecida con el cañonazo a la misma zona de Taylor Green, porque —todo sea dicho—, a Styler Hernández le doblaron por tercera con la bola, literalmente, en la mano.

Acertado estuvo el mánager Víctor Mesa al evitar lo que apuntaba a convertirse en una carnicería. Los bateadores canadienses, pacientes y disciplinados en la selección de lanzamientos, no tardaron demasiado para sentirse a su aire frente al diestro vueltabajero, por debajo casi siempre en el conteo frente a los bateadores que enfrentó.

Mas todo lo contrario sucedió con el también pinareño Liván Moinelo, que de proyectado rescatista terminó convirtiéndose en casi abridor por urgencia. El muchachito, que acaba de cumplir apenas dos décadas de vida, volvió a parecer lo que ya es: un consagrado. Y ni las dos carreras del séptimo episodio lastran una extraordinaria presentación que se extendió más de lo recomendable, pues por probabilidades —y este juego tiene mucho de eso— la pérdida de efectividad, después de 122 disparos hacia home, no estaba muy lejos de lo posible.

Finalmente, Moinello cubrió una ruta de 6.1 innings con seis ponches antes de ceder el puesto al también zurdo Norberto González. Los últimos tres outs fueron obra del santiaguero Danny Betancourt, quien estuvo casi todo el partido esperando la llamada de auxilio.

Con menos de un día de diferencia, el equipo cubano salía al cierre de esta edición en busca de un triunfo sobre Holanda —su «Coco» de los últimos tiempos— que rebajara las tensiones. La victoria sobre los Tulipanes era, dada las circunstancias, casi una cuestión de supervivencia, pues un nuevo tropiezo reducía notablemente el margen de error en los partidos restantes.

El capitalino Frank Montieth había sido anunciado para la trascendental apertura, pero más allá de su fiabilidad monticular, parecía incluso más urgente la necesidad de echar a andar una maquinaria ofensiva que, por más lejos que esté de los trabucos de antaño, tiene para facturar más que las cuatro carreras anotadas en sus últimas tres presentaciones.

Mirando a los lados

El partido entre cubanos y holandeses habría la jornada para el grupo A, que también tenía programado los duelos entre Puerto Rico-Canadá y Taipéi de China-Italia.

Los boricuas debutaron con éxito de 7-1 frente a Italia, por lo que el cruce entre europeos y anfitriones daba a ambos la posibilidad de acariciar el primer éxito en el torneo.

Mientras, en la llave B México pasó de «invitado de piedra» a equipo sorpresa después de aventajar a Venezuela por 6-4, y defenderá su invicto ahora frente a la hasta ahora imbatible y favorita escuadra de Japón.

También en pos de su segundo triunfo, con Venezuela como rival, partirá la representación de Estados Unidos, que abrió con sonrisa de 11-5 ante República Dominicana. Los quisqueyanos tendrán complicado inaugurar su casillero de victorias pues toparán con Corea del Sur, que a pesar de tropezar en el arranque con los nipones, presenta uno de los elencos más fuertes en el certamen.

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