Ramón Lunar fue uno de los más productivos en la ofensiva antillana, que brilló en una noche con diez indiscutibles. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
MATANZAS.— Como un solo «juego» no hace monte, no me aventuro a decir que este equipo universitario estadounidense es mejor o peor que el enfrentado hace un año. Pero sí afirmo que sabe, como todos los que se presentan en estos topes bilaterales, jugar muy bien la pelota. Lo confirmaron en esta ciudad, a la que llegaron con muy buenas vibras y la precedente barrida a cuestas, aun cuando comenzaron cediendo por la mínima en la presente versión de estas series amistosas con selecciones cubanas.
Ante la expectación, el timonel Alfonso Urquiola dispuso de la alineación esperada y el equipo le respondió. Sus jugadores fueron pacientes en el cajón de bateo, casi siempre oportunos con hombres en posición anotadora, eficientes a la hora de adelantar al corredor, y cuando fue necesario —como lo hizo José Miguel Fernández en el principio del quinto episodio—, defendieron con altura la faena de los lanzadores.
Fue Norge Luis Ruiz el encargado de la apertura, y sin muchos titubeos cumplió con la tarea de contener la ofensiva rival. Encajó el agramontino el primer imparable a la altura del cuarto capítulo, pero fue el doble del torpedero Alex Bregman el que empujó la única que permitió en sus seis innings de actuación.
Desde la otra «cueva», la designación recayó en el diestro Justin Garza, un muchachón de apenas 20 abriles, sin una constitución física como la que acostumbran tener los lanzadores de aquellas latitudes, pero que se las arregló a base de inteligencia para sortear sin daños las dos primeras entradas.
Su calvario llegó en el tercero, cuando regaló tres boletos, el último de ellos al designado Lorenzo Quintana, para forzar la primera anotación cubana. Acto seguido, y con los ángulos congestionados, Ramón Lunar le dirigió la conexión hacia la banda contraria para decretar su salida del box.
Cañonazos impulsadores en el sexto del jardinero Roel Santos y el antesalista Luis Yander La O frente al rescatista Eshelman pusieron mucha más comodidad en la pizarra. Pero —siempre hay un pero—, fueron los relevistas el punto más flaco de la presentación cubana.
Primero, porque el zurdo capitalino Pedro Durán fue recibido con un solitario cuadrangular del emergente Chris Okey. Luego, porque Yasiel Sierra no pudo evitar el imparable que cerró al mínimo el marcador y el cerrador tunero Juan Carlos Viera, sin su velocidad acostumbrada, pasó su trabajo para bajar con fortuna el telón de una obra que puso en vilo a muchos.
No obstante, plausible resultó la actitud del alto mando cubano en cada movimiento de su staff de serpentineros. Cada quien debe saber lo que le toca y qué hacer cuando le corresponda, porque los deseos de ganar no pueden negar la necesidad de la especialización, asignatura pendiente en el béisbol cubano.
Durante la conferencia de prensa posterior, el mánager norteño, Dave van Horn, se mostró satisfecho por el buen duelo, con excelente actuación de los abridores, y con una tónica que debe primar en el resto de los desafíos. «Fallamos en algunos momentos puntuales y eso definió el choque», sentenció. Lamentablemente, ningún miembro del equipo cubano estuvo presente para intercambiar con los medios.
Para hoy, con similar horario y escenario, está prevista una segunda escaramuza que promete volver a regalarnos buenas emociones.
Victoria de Girón |
C | H | E | ||||||||||
USA |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
1 |
1 |
0 |
- |
3 |
7 |
1 |
Cuba | 0 |
0 |
2 |
0 |
0 |
2 |
0 |
0 |
x |
- |
4 | 10 |
0 |
Ganó: N. L. Ruiz (1-0) Perdió: J. Garza (0-1) HR: C. Okey (4-4) JS: J. Viera (1) |