La FILA exige mayor dinamismo sobre el colchón. Autor: Zimbio Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm
El pasado año, la lucha «se salvó por los pelos» en su afán de mantenerse con vida en el contexto olímpico. Para salir airosa, la federación internacional del deporte de los tackles y desbalances, les mostró a los dirigentes del COI un proyecto para dinamizar los combates, en aras de que hubiera más público en los escenarios.
La estrategia empleada fue realizar cambios no solo en el número de divisiones en disputa —de siete, quedaron seis—, tanto en el estilo grecorromano como en el libre para hombres y mujeres, sino también en el reglamento competitivo.
El pasado mes de enero, Cuba fue el primer país del mundo en implementarlos durante los Campeonatos Nacionales de Lucha dirimidos en Ciego de Ávila y Camagüey.
Allí, entre suplés, viradas y medias-Nelson, Juventud Rebelde pudo conversar con Manuel Alberto Rodríguez, árbitro Categoría Olímpica de la Federación Internacional de Luchas Asociadas (FILA) y metodólogo de la Comisión nacional.
—¿A qué obedecen estos cambios?
—La lucha estuvo a punto de ser eliminada de los Juegos Olímpicos, por lo que se dio a la tarea de hacer algo para salvar su rica historia. No hay dudas de que los combates necesitan ser más dinámicos, con proyecciones de grandes magnitudes, y que el público los entienda mejor, diferenciando el estilo greco del libre. Además, la FILA conoce la importancia que revisten las transmisiones de televisión, por eso tenía que instrumentar algo que llamara la atención a los espectadores».
—¿Cuáles son los elementos que desaparecen en ambos estilos?
—En ambos se eliminó el conteo que le daba un punto al gladiador que mantenía a su rival durante cinco segundos en la posición de peligro (a punto de pegarlo al colchón). Además, la victoria por superioridad técnica en la greco se decretará a partir de ahora cuando uno sume ocho puntos de ventaja, mientras que en la libre deberá marcar diez. Y el combate no finalizará cuando alguno consiga dos proyecciones de tres puntos o una de cinco. Hay que seguir peleando, pues los puntos técnicos se acumulan, al igual que las llamadas de advertencia y amonestaciones.
En la modalidad grecorromana, se mantienen las puntuaciones de uno, dos, cuatro y cinco, eliminándose la de tres, mientras que en la libre siguen las de una, dos y cuatro unidades, retirándose la de cinco.
—¿Cómo se penaliza la inactividad?
—Para que el combate mantenga un ritmo elevado, no puede existir pasividad de ningún gladiador. Entonces, la palabra de orden es luchar, luchar y luchar, porque la FILA les exige a los árbitros que penalicen al que rehúya el combate. No obstante, existen diferencias a la hora de señalarlo en cada uno de los estilos.
«En la greco, la primera manifestación de inactividad requiere una llamada verbal del árbitro. En la segunda, se para el combate, se solicita una primera amonestación para ese luchador y el rival escoge la posición, que puede ser la de seguir de pie o llevarlo a «cuatro puntos» para intentar alguna acción. Si ese atleta reincide, se solicita otra amonestación que sí lleva punto en contra y el otro puede volver a escoger. Con una tercera amonestación, se pierde por descalificación.
«Mientras, en el estilo libre, sí se para el combate en la primera llamada de atención. Pero si continúa la inactividad, se detiene la pelea y el amonestado tiene que marcar algún punto en 30 segundos. De no lograrlo, recibe amonestación y el punto es para el contrario.
«Un combate de lucha consta de dos períodos. En esta modalidad libre, si en el inicial pasan los dos primeros minutos con empate 0-0, se detiene el pleito y los árbitros deben definir cuál de los dos luchadores es el que está inactivo. Entonces, se le aplica a ese atleta lo concerniente a los 30 segundos».