María Luisa Falcón. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:36 pm
Cuando se habla de natación en Cuba, de resultados e infartos por emociones en competencias internacionales, muchos prefieren apartar la mirada, como ahogados por la misma aversión que hace a los gatos y a los Gremlins huir del agua.
Y no es que las tan ansiadas medallas olímpicas, mundiales y panamericanas desconozcan a este terruño como destino exótico para adornar algunos cuellos, pues no son pocos los exponentes que han hecho real lo que a veces se nos dibuja como un cuento fantástico, pero es parte de nuestra naturaleza, la del cubano, pedir más si de deporte se trata.
Hoy no hablaremos de Rodolfo Falcón ni de Neisser Bent. A esos héroes ya los conocemos de sobra, igual que a muchos otros que han colmado de gloria este archipiélago. Hoy les toca el turno a los nuevos retoños, a esa generación que, tal vez con similares o mayores contratiempos, lucha por colgarse la capa, apretarse el antifaz y emular a sus ídolos de antaño.
Los Juegos Escolares son una excelente cantera para encontrar semillas, y precisamente con esa intención se dirigió Juventud Rebelde a la pileta de la Ciudad Deportiva, sede de las brazadas en esta 49 edición del certamen.
Allí, bajo el sol mañanero y deseosos de «pescar» sirenas y tritones, nos topamos con tres titanes acabados de llegar del Campeonato Centroamericano y del Caribe de Natación (CCCAN), celebrado hace pocos días en Costa Rica, repletos de preseas y algo insatisfechos en la justa nacional que concluyó el jueves.
Estos «tres fantásticos» sumaron nueve medallas en ¿suelo? tico, y exceptuando a Armando Barrera —quien por su edad (17 años) no pudo competir en los Juegos Escolares— acumularon diez metales en la lid cubana.
Luisa María Falcón Mojarrieta y Cristian Alexander Ricardo Méndez completan la tropa, y al tiempo que se preparaban para entrar al agua, combinaron su calentamiento con algunas confesiones para este redactor.
«Yo compito en la categoría 13-14 años y en el CCCAN obtuve tres medallas de bronce en 50 y 100 metros estilo espalda, y en 50 mariposa», confirmó la jovencita Falcón.
«Este era mi debut internacional y claramente el primer evento que tuve (100 espalda) lo nadé muy tensa. Aun así fue una oportunidad excelente, y estoy segura de que en la próxima competición las cosas saldrán mejor».
—¿Cuál ha sido tu saldo en estos Juegos Escolares?
—En total alcancé tres medallas doradas, igual cantidad de platas y un bronce. Los títulos fueron en 50 y 200 espalda, así como en el relevo 4x50 combinado. La plata llegó en 50 y 100 mariposa, y en el relevo 4x50 libre. Los 100 metros espalda me reservaron el bronce.
—Apenas eres una adolescente y puede que en muchas ocasiones te veas privada de ciertos disfrutes propios de muchachas de tu edad. ¿Cómo combinas la práctica deportiva y tu vida personal?
—Asumo esta faceta como algo que me complementa, en lo que puedo sentirme a gusto conmigo misma. A pesar de que exige mucho sacrificio y entrega, lo disfruto. Es cierto que no tengo tiempo para muchas cosas, pues entrenamos hasta muy tarde, pero la diversión llegará en algún momento. Solo tengo 14 años… queda bastante camino.
Para Cristian (13-14 años), dos coronas y una presea plateada en el CCCAN no parecen suficientes. «Asistía con muchas expectativas, emocionado, ya que era mi primera incursión fuera de Cuba, y aunque en general me siento bastante satisfecho con el resultado, creo que hubiese podido salir mejor.
«En estos Juegos Escolares gané subtítulos en los 50 y 100 metros espalda. Me he sentido un poco cansado, creo que por el esfuerzo en Costa Rica. Ya acumulo alrededor de 30 medallas entre las copas Marcelo Salado y los Juegos».
—Aún eres un atleta muy joven. Imagino que tus sueños son bastante grandes…
—Me gustaría clasificar para unas Olimpiadas, o para algún Campeonato Mundial, pero posibilidades inmediatas tengo en el próximo Centroamericano, a celebrarse en Veracruz, México, el año entrante, y en el Panamericano de 2015, con sede en Toronto, Canadá. Quiero hacer algo bueno por allá.
«Mis mejores pruebas son los 100 y 200 metros estilo espalda, en las que hice 1,01 y 2,12 minutos, respectivamente».
—Supongo que debes entrenar muy duro para mejorar esos tiempos…
—Tengo dos sesiones diarias y hago especial hincapié en las vueltas y la arrancada, detalles que pueden decidir. Aún debo pulir mi técnica, ya que «brinco» un poquito en el agua.
A sus 17 años, viéndolo al borde de la piscina o buscando concentración antes de la «hora cero», pocos pudieran imaginar al espaldista Barrera forrado con uniforme y libros bajo el brazo, así, con la misma estampa de un estudiante corriente.
Más difícil resultaría procesar esas tres coronas en el recién finalizado CCCAN y después tenerlo enfrente, con ese aire de sencillez y humildad que suelta en cada palabra.
—¿Estabas «programado» para alcanzar esa proeza o simplemente surgió el resultado?
—Iba con el objetivo de esforzarme al máximo, pero sobre todo quería medirme con los mejores rivales del área. Quería hacer mejores marcas. Logré romper el récord de la competencia en los 50 metros (26,87 segundos) y mejoré mi crono de 26,90 logrado en la pasada Copa Marcelo Salado. En los 100 detuve el reloj en 57,41, pero no superé mi tope de 57,12.
«Nadé los 200 en 2.04,94 minutos, mas no pude acercarme a ese 2.03,63 que tengo como registro personal».
—¿Metas en el horizonte?
—Los Juegos Centroamericanos son mi principal evento en 2014. Pero aunque no pude clasificar al Mundial de Barcelona, a celebrarse entre el 14 de julio y el 4 de agosto, sé que todavía tengo posibilidades de asistir a una cita universal. Para eso estoy trabajando fuerte, esforzándome cada día. Últimamente me concentro en la flexibilidad, para después volver a recuperar la fuerza poco a poco. También debo mejorar la técnica, pues este año tuve serios problemas en ese aspecto.
—Pero ahora llegan las vacaciones…
—No importa. Digamos que serán unas vacaciones activas, porque en estos dos meses debo continuar entrenando si realmente pretendo superarme. La vida del deportista es así, ya tendré suficiente tiempo para divertirme y descansar cuando termine mi carrera.