Jhoen espera por la homologación de su nuevo récord. Autor: Hugo García Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
MATANZAS.— Jhoen Lefont Rodríguez, de apenas 25 años de edad, integra el selecto grupo de deportistas cubanos que recoge el Libro de Récords Guinness. Es un campeón en la modalidad de dominio del balón nadando, algo extraordinariamente inusual, y este año tratará de romper su primacía mundial e implantar límites en dos nuevas modalidades universales.
«El dominio del balón es un espectáculo, un deporte especial que le gusta mucho al público», nos dice unas horas antes de intentar desplazarse nadando la mayor distancia posible con un balón fijo en la cabeza.
A la postre, venció la distancia de 200 metros en las aguas del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba, y espera por la pronta homologación de esta proeza.
También este año se propone implantar nuevas marcas en modalidades inéditas en el mundo: dominio del balón con la cabeza y un lastre pesado, y propinarle la mayor cantidad de toques a un balón de fútbol en 30 segundos.
Pero, ¿de dónde salieron estas habilidades?
Viajemos tiempo atrás. A los diez años Jhoen comenzó en natación en la ESPA (Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético) matancera, y posteriormente se vinculó al polo acuático.
Su pericia en el dominio «es un don que me dio la vida y que pone el nombre de Cuba en alto», afirma Lefont, quien con apenas 12 años participó en sus primeros Juegos Escolares Nacionales. Luego pasó a la escuadra nacional juvenil de polo, en la escuela superior de formación de atletas de alto rendimiento Giraldo Córdova Cardín.
«Con el dominio del balón empecé cuando tenía 12 años. «Nunca imaginé que esa modalidad incipiente se convertiría con el tiempo en una profesión», precisa Jhoen, a quien muchos entrenadores le decían que no perdiera tiempo y ahora se sorprenden.
«Al principio de 2009 ya hacía una suma bastante considerable, más de 500 toques consecutivos; entonces, el entrenador de polo Jorge del Valle me sugirió que perfeccionara la técnica y me propuso la idea de conocer a Douglas Hernández, pionero del dominio del balón en Cuba.
«Un día Douglas vino a verme y se impresionó. Él no imaginaba que era nadando, sin tocar el fondo, y quiso verlo para creerlo. En el hotel Club Panorama, en Miramar, me hizo las pruebas, y quedó impresionado al verme. Me regaló una pelota de fútbol, porque los récords de dominio del balón se homologan con los implementos de fútbol.
«Antes siempre practicaba con la pelota de polo, que es más viva. Tiene la misma talla que la de fútbol, pero esta última es más lisa y más acolchonada».
Al llegar a 500 toques durante estos ejercicios, Douglas le dijo que mantuviera los entrenamientos, pedaleando en el agua y le agregó otro adiestramiento, en tierra, dándole más de 3 000 toques y después 5 000, primero a intervalos y después sin parar.
«En el agua llegué a 800 toques y ahí surgió la idea del primer récord. El 27 de febrero de 2010 preparamos ese récord en el hotel Habana Libre. No existían precedentes y el objetivo era sobrepasar los 534 toques. No teníamos contactos con Guinness, era un récord nacional; de hecho un récord mundial, pero no estaba homologado».
Después, entrenador y pupilo se prepararon para otras modalidades que se practican en tierra, y perfeccionaron esta modalidad que se denomina oficialmente «Más toques consecutivos a un balón de fútbol con la cabeza y pedaleando en el agua». Así lo identifica Guinness.
—¿Cuentas los toques o prefieres que te ayuden?
—Los voy contando, pero llega el momento en que me pierdo y juega un papel fundamental el entrenador, que me ayuda con el ritmo. El primer récord de 534 se hizo en alrededor de cuatro minutos. Cuando logré más de mil toques, el 28 de noviembre de 2010, esa cifra impresionó. Fue en el hotel Meliá Cayo Coco, en Ciego de Ávila: hice 1 010 toques.
En el 2011 Jhoen se dedicó más al polo acuático, mientras esperaba a ver si aparecía otro competidor en el mundo en su rara modalidad de dominio. Tampoco quería abandonar el polo. Participó en los Juegos del ALBA. A finales de 2011 y principios de 2012 se preparó para batir su récord de 1 010 toques. Ya Douglas no trabajaba con los atletas del dominio del balón y Jorge del Valle comenzó a entrenarlo.
«Para este récord tuvimos comunicación con Guinness World Récord, por vía de Internet y averiguamos todo. Supimos que había un récord en 2011 de dominio del balón en el agua de 45 toques.
«Me preparé para batir mi récord personal de 1 010 toques. Se coordinó todo, una piscina con condiciones, en el Hotel Nacional, que tiene tres metros de profundidad, donde puedo trabajar más cómodo. Yo mido 1,86 metros y peso 94 kilogramos. Me enviaron una serie de requisitos que debía cumplir, entre ellos la presencia de algunos jueces internacionales (adjudicadores de Guinness). Fueron cuatro jueces de la Federación Internacional de Fútbol. El intento se realizó el 28 de abril de 2012 y completé 1 203 toques.
«La respuesta la dieron el 25 de agosto , ya que desde el día 13 de mes la modalidad había sido homologada, y se inscribió en los libros como nueva marca.
«El récord tenía que ser filmado en video y con fotografías. Usamos cámaras acuáticas también; eso le daba más certeza al récord. Las reglas especificaban que no podía sujetarme de nada ni tocar el fondo, y que la pelota tenía que ser de fútbol, talla cinco.
«En Cuba se han realizado, desde 1980 hasta la fecha, más de 70 intentos de récords mundiales Guinness en el dominio del balón y de ellos solo tres han sido homologados, dos a Erick Hernández y el mío, lo que te da la medida de lo difícil de lograrlo», asegura el también licenciado en Cultura Física, cuya tesis de diploma aborda el tema.
«Este año quiero dedicarme solo a esta modalidad. Nado alrededor de cinco kilómetros diarios, divididos en todos los estilos; casi siempre empleo más el libre.
«Este deporte requiere de mucha concentración y esa es una de mis virtudes. Es un deporte solitario, eres tú solo, el mundo frente a ti, y todo radica en un balón».
—¿Mayor satisfacción?
—Además del reconocimiento mundial, la satisfacción de que las personas te reconocen el trabajo y te motivan. Mi orgullo es saberme apoyado por mi familia, mis amigos y el pueblo.