Dayron disipó todas las dudas al ganarle a Oliver con un oportuno cabezazo Autor: IAAF Publicado: 21/09/2017 | 05:11 pm
¡Se acabó el bla bla bla! El resultado no permite más dilaciones ni retórica previa. ¡Dayron Robles venció este viernes a David Oliver en los 110 metros con vallas!, y amordazó de un tirón a todos los que ponían en duda sus potencialidades debido a la tremenda campaña que viene dando el norteamericano desde 2010. Hasta la torre Eiffel se estremeció durante la octava parada de la Liga de Diamante, con sede en Paris, donde otra vez Cuba alardeó de romántica y casanova al conseguir dos preseas de oro en la capital mundial del amor.
La penúltima prueba disputada en el mitin Areva no pudo ser más dramática: una salida en falso que quizá le quitó nitro a la carrera, y tuvo en ascuas un buen rato a los más de 81 mil espectadores del Stade de France, pues requirió del foto finish para definir al campeón ante la Kola loka que parecían haberse untado ambos corredores (13:09 segundos).
Aunque arrancó con el tercer peor tiempo de reacción, el cubano no había llegado a la primera valla y ya dominaba la carrera. Sin embargo, pasando el tercer obstáculo Oliver comenzó a respirarle en la nuca, y sobre la cuarta barrera andaba como una rémora, pegado hasta la línea final, cuando un exacto y muy técnico cabezazo le dio la victoria al antillano.
El bronce colgó del cuello del jamaicano Dwight Thomas.
Si bien se esperaba un crono inferior a los 13:00 y hasta una nueva marca para la actual temporada, el resultado es harto respetable, y apuntala la confianza del Lord del Guaso rumbo a la cita cumbre del deporte rey este año: el Mundial absoluto en Daegu, Corea del Sur, entre el 27 de agosto y 4 de septiembre venideros.
Ahora los números inclinan aún más la balanza a favor de nuestro muchacho: 11 victorias y solo tres derrotas ante el oriundo de Orlando, Florida.
En el triple salto femenino la campeona mundial y monarca de la pasada cita diamantina, Yargelis Savigne, ratificó su tremendo entendimiento con el tanque de arena al clavar sus pinchos a 14,99 metros de la plastilina. El estirón, conseguido en el cuarto intento, resultó lo mejor de la temporada en la especialidad y le bastó para relegar a la ucraniana Olha Saladuha (14,81), quien tuvo que conformarse con ver como la guantanamera le dejaba unas «sobras plateadas» al superar por un centímetro su brinco cúspide de 2010.
Ahora Yargelis se afinca en la cima del ranking de la competencia con ocho puntos, gracias a las gemas conseguidas también en Shangai y Oslo (segunda y cuarta paradas, respectivamente). La antillana va seguida muy de cerca por la muchacha de Ucrania (seis unidades). El tercer lugar le correspondió a la kasaja Olga Rypakova (14,48). La otra cubanita en competencia, Mabel Gay, culminó en el quinto puesto al conseguir un modesto 14,31.
En tanto, a Misleidis González le pesó demasiado la bala y no pudo disparar el cañón más allá de los 18,87 metros, para anclar en un modesto quinto escaño. La fenomenal neozelandesa campeona olímpica en 2008, Valerie Adams (más conocida por Valerie Vili), sacó petróleo al clavar un balazo dorado de 20,78 metros (marca para la competencia y segundo mejor disparo de 2011).
La actual líder de la Liga y dueña del registro más potente del año (20,94), la bielorrusa Nadezhda Ostapchuk, terminó segunda con 20,49. El metal bronceado correspondió a Jillian Camarena-Williams (20,18), de Estados Unidos.
El otro cubano en pugna por los brillantes parisinos, Lázaro Borges, no empuñó la pértiga a pesar de haber confirmado su presencia en la cita gala.
En el duelo más esperado en Francia, el fenomenal jamaicano Usain Bolt, sacó chispas en los 200 metros planos y le mostró todo el tiempo las espaldas al ídolo local y campeón europeo, Christophe Lemaitre.
Bolt se impuso con 20:03 segundos, seguido por el francés (20:21), y el estadounidense Darvis Patton (20:59).
El recordista mundial de 100 y 200 metros retornó tras varias semanas de ausencia al circuito de la velocidad, aunque esta vez anduvo algo lejos de su mejor marca del año (19,86 segundos en Oslo, Noruega).