Todo el mundo tiene sangre en las venas, pero el pelotazo está en el juego de pelota. Nosotros debemos buscar el equilibrio, tan difícil de lograr en esta vida. Autor: Alex Castro Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
En esta primera mitad de la temporada beisbolera hubo varios altercados por lanzamientos «escapados». Afortunadamente, ninguno pasó del manoteo y el intercambio de palabras. Sin embargo, se contabilizaron algunas expulsiones, incluidas las de peloteros ilustres como Pedro Luis Lazo y Yulieski Gourriel.
Sucede que todo el mundo tiene sangre en las venas y la pelota suele ponerse caliente cuando se siente la camiseta. No obstante, nada justifica la grosería y la vulgaridad.
Lanzar pegado es un arte en el béisbol moderno y soy del criterio de que nuestros lanzadores explotan bastante poco este recurso. Claro, para ello se necesita un exquisito control y esa asignatura sigue pendiente todavía para muchos serpentineros cubanos.
Los árbitros pudieran ayudar si se deciden a cantar la llamada «esquina de adentro». Así habría más motivación para «cerrar» a los bateadores.
Ahora bien, entiendo las suspicacias cuando algún bateador conecta un jonrón y al siguiente le pegan la pelota. También si el propio jonronero es golpeado en su próximo turno. No puede decirse que en todos esos casos el pelotazo sea intencional, pero cualquiera tiene derecho a pensarlo.
De todas formas, en nuestro béisbol se protesta más que en las restantes ligas del mundo. Póngale el cuño.
En otros lugares una expulsión puede costar caro y los árbitros imponen su autoridad sobre el diamante. Nosotros debemos buscar el equilibrio, tan difícil de lograr en esta vida.
El cienfueguero José Dariel Abreu últimamente tiene imán para los pelotazos. Recibió 30 el año pasado, récord, y anda por 17 en la presente campaña.
Pero José Dariel no ha sido el único elegido por la mala suerte. Según las estadísticas de la Federación Cubana de Béisbol, anteriormente varios atletas acapararon este liderazgo que nadie reclama.
Entre ellos está el santiaguero Reutilio Hurtado, quien recibió bolazos a granel durante las temporadas de 1998 (18), 1999 (22) y 2004 (25). También el tunero Joan Carlos Pedroso fue acribillado en los años 2000 (14) y 2007 (26).
La relación incluye además a otros recios sluggers como Marquetti, Muñoz, Casanova, «Cheíto» Rodríguez, Lázaro Junco, Leonel Moa y Gabriel Pierre, a los cuales se intentaba neutralizar lanzándoles en la esquina interior. Igualmente aparece un «joceador» como Eduardo Paret, quien no pocas veces «metía el cuerpo» y se iba contento para primera base.
En fin, tomen estas líneas como un llamado a la cordura. El pelotazo está en el juego y ningún bateador debe tomárselo tan a pecho, o terminará «ganándose» algunos más.
Pero también los managers deben evitar ciertos incidentes y aconsejar a sus lanzadores que tengan cuidado con algunos peloteros predispuestos a ser golpeados. Si eres «guapo», demuéstralo con un ponche y no con un pelotazo.
Recordemos que en las gradas hay muchos niños y ya bastante violencia tienen con las películas del sábado. Como diría el maestro Juan Formell, «recaditos no, así no se vale»…
A continuación les presentamos los líderes en pitcheo, para que ustedes «carguen las pilas» y vayan artillados a discutir en una esquina del barrio. Pero suave, que gritar mucho no ayuda en nada, sino dificulta la comunicación.