Darvish lanzó cuatro episodios de claro dominio, Shuichi Murata botó la pelota, y Japón debutó en su terreno con victoria de cuatro carreras por cero, ante China, al inaugurar el Segundo Clásico Mundial de Béisbol en el coliseo techado de la ciudad de Tokio, sede del grupo asiático.
Los japoneses, monarcas del primer torneo, aseguraron el choque con un racimo de tres anotaciones en el tercer episodio, que incluyó el gran batazo del antesalista Murata; sin embargo, su estrella, Ichiro Suzuki, falló en cinco turnos al bate.
Tanto Japón como China pegaron solo cinco imparables, y los derrotados cometieron dos errores. Después del ganador, Darvish, trabajaron cinco relevistas; perdió el abridor chino, Li Chenhao, a quien sucedieron tres sustitutos.