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«No estoy en el bando de los que se rinden rápido. Saldré con más ánimo de esta molestia en el talón del pie izquierdo y demostraré que hay Osleidys Menéndez para rato. Cuando abran los ojos estaré de vuelta».
La recordista mundial en lanzamiento de la jabalina comenzó a entrenar en enero pasado tras una lesión que la atormentó desde el verano anterior; ahora ese fantasma vuelve a atravesarse en su camino, precisamente cuando hoy debía competir en la Copa Cuba-Barrientos.
Aunque algunos nos preocupamos al ver su pobre retorno al escenario competitivo en Caracas, durante los II Juegos del ALBA, ella le restó importancia.
«Uno tiene momentos buenos y malos. No siempre aparece una marca considerable. Solo me limité a romper la inercia y puedo decir que no solo lo hice, sino que participé en esos Juegos con tremendo orgullo por lo que ellos representan», afirmó.
Adelantó que no tiene una fecha prevista para comenzar la temporada. «Primero debo recuperarme bien, aunque me gustaría arrancar en la última decena de junio y arribar a los Juegos Panamericanos con tres o cuatro competencias previas.
«Todo depende de cómo evolucione, porque todas mis fuerzas siempre han estado en función de llegar más y más lejos con la jabalina», reiteró.
Aunque la temporada veraniega aún es joven, ya se han producido algunos resultados sobre los 68 metros, pero a Osleidys eso no la intimida. Por el contrario, dice que disfruta sentirse presionada para sacar el extra.
En cuanto al nivel actual de esta modalidad en América, solo una jabalinista de Estados Unidos ha tirado poco más de 64 metros; las demás andan por debajo, según las estadísticas.
Dionisio Quintana, quien siempre ha trabajado como entrenador de la actual campeona olímpica y mundial, siguió atento nuestro diálogo con su pupila y solo se limitó a brindar algunas precisiones para los lectores de JR.
«Conozco muy bien a Osleidys. Tiene una voluntad de hierro y es disciplinada, sobre todo cuando más hace falta un sacrificio adicional. Por eso seguiremos trabajando juntos con la decisión de no defraudar a nuestro pueblo, y mucho menos a Fidel».
