Un restaurante chino escanea el rostro de los visitantes y, según el resultado, les sugiere el menú, no a la carta, como suele hacerse, sino a la cara.
«El sistema puede adivinar qué edad tiene y si es hombre o mujer y analizar su carácter… de esta manera puede hacerle recomendaciones», dice el ingeniero Qiao Shi.
Bueno, al que le propongan ensalada de marabú, que vaya al sicólogo… o al cirujano estético.