Adam Greenwood, un adolescente británico de 16 años, sufrió una urgencia mientras viajaba en tren. Al entrar al baño vio que no había ese papel tan necesario en tales emergencias. Sin otro recurso, el muchacho tuiteó a la empresa para pedir un rollo. En minutos, el encargado de redes le respondió que un auxiliar iba en camino con su pedido, que llegó justo a tiempo. Se pasó de parada, pero llegó a casa aliviado... y limpio.