No solo los teléfonos pueden ser inteligentes. En Japón, una empresa de lencería creó un corpiño que va más allá de cumplir su función tradicional de sujetar los senos. La pieza detecta si su portadora realmente siente amor cuando algún amante le insinúa tener relaciones. Igualmente monitorea el ritmo cardíaco de quien lo use, y si las pulsaciones son muy elevadas, la ropa interior se abre… y, bueno, lo que sigue nos lo podemos imaginar.