Operadores del servicio de emergencia en Nueva Zelanda se sorprendieron al recibir una llamada de una mujer que solo emitía gruñidos y sonidos guturales. Resulta que la pobre confundió un pomo de súper pegamento con lápiz labial y al cerrar la boca sus labios quedaron sellados. «Debido a los sonidos distorsionados y gruñidos, pensábamos que la señora estaba amordazada», declaró el asistente que recibió el llamado telefónico. Afortunadamente los médicos pudieron abrirle la boca con un simple procedimiento y ahora la señora ya puede volver a hablar. ¿Bueno…?