Sam Sheppard no solo saca lecciones de sus malas experiencias, también mucho dinero. Decepcionada por la triste manera en que su marido le pidió casamiento, esta mujer de 34 años decidió impartir cursos a los hombres para enseñarles cómo proponer matrimonio.
«Quiero ayudar a otras a que no sientan lo que sentí yo, que no parezca que al otro le da lo mismo pedir que nos casemos o que el mozo le traiga una cerveza», dijo Sheppard, quien cobra clases que van desde los 15 dólares hasta los 15 000, en dependencia de la complejidad del pedido.