Un joven de 13 años encontró una botella con un mensaje en una playa rusa y entró en contacto con su autor, un alemán, que la lanzó al mar el 7 de septiembre de 1987, y pedía al eventual destinatario responderle. Según AFP, el germano, entonces de cinco años, trabaja hoy en un banco y apenas se acuerda del mensaje. Ah, claro, «porque eres gente del banco, y con las glorias… ya sabemos».