Laura Hadland adora a su suegra. Para agasajarla por su cumpleaños 50 le hizo un regalo sui géneris. Con 9 852 tostadas de pan hizo un gran mosaico en el que recreó la cara de la madre del amor de su vida. Para la obra de arte fueron utilizadas nueve tostadoras desde las que se lograron los distintos tonos de los panes que luego fueron montados en un monumental mural. Cuando estuvo listo, sorprendió a su suegra Sandra Whitfield y de paso, entró en el libro Guinness de los récords por el mural de pan más grande del mundo. Tal vez se gane el otro premio por ser la nuera «tostada».