A veces los votos de amor dejan de ser importantes en una ceremonia nupcial. En Treviso, al norte de Italia, dos amantísimos novios decidieron llegar con estilo al sitio donde darían el «sí quiero para toda la vida».
Alquilaron un Ferrari Testarossa por 750 dólares para arrancar bien su matrimonio. Pero el moderno «caballito», capaz de llegar a 290 kilómetros por hora, se le fue de control al novio y se estrelló contra un semáforo. El Ferrari quedó destrozado. Él no llegó con estilo, sino con una deuda de más de 100 000 dólares a su boda.