Quince hombres en cola para optar por trabajo en una ciudad estadounidense resultaron sospechosos al empleador, quien los descartó a todos. Las explicaciones llegaron cuando el encargado leyó los resultados de la encuesta encomendada por la firma Ouicken, y «supo» que los hombres sin afeitarse conseguían mejores puestos y ganaban más que los rasurados. ¡Por eso todos se habían presentado con coposos y abundantes bigotes pegados!, dedujo el gerente, quien se había molestado al creer que los otros se estaban burlando.