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Jonal Cosculluela: El cine como persistencia y vida

El director, editor y sonidista cubano Jonal Cosculluela, de 47 años, falleció en La Habana este 28 de octubre

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Hoy el cine cubano ha perdido a uno de sus exponentes más sensibles y comprometidos. Jonal Cosculluela Sánchez, fallecido a sus 47 años, no fue solo un director, sino un soñador que supo materializar en la gran pantalla las historias de perseverancia y lucha que tanto lo inspiraron.

Nacido en 1977 y graduado de Dirección de Cine en el Instituto Superior de Arte (ISA), Cosculluela inició su trayectoria en los entresijos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), donde, entre 1999 y 2009, se forjó en roles de sonidista y editor. Su carrera alcanzó nuevos horizontes al realizar series, documentales y teleplays tanto para la televisión cubana como para productoras independientes. Sin embargo, su verdadero debut en el cine llegó con Esteban, una película que marcó un hito en su carrera y en el cine cubano reciente.

La historia de Esteban, la ópera prima de Cosculluela, cuenta la vida de un niño de nueve años que, en medio de la adversidad, encuentra en el piano un camino hacia sus sueños. Con guion de Amílcar Salatti y música de Chucho Valdés, la cinta logró captar la esencia de lo que representa soñar a pesar de las limitaciones. «Soy de las personas que no abandonan un sueño», expresó alguna vez Cosculluela, y esa filosofía se plasmó en el personaje de Esteban, quien, según el director, «decide seguir su camino sin medir consecuencias».

Para Cosculluela, el cine no era solo una herramienta de expresión, sino también una invitación a resistir, a desafiar lo imposible. Tal como expresó en una de sus conferencias: «No sabía que era imposible, por eso lo hice».

A lo largo de su carrera, Jonal demostró una habilidad única para manejar la complejidad del trabajo con actores jóvenes, como Reynaldo Guanche, quien interpretó a Esteban. Cosculluela buscaba actores que no solo tuvieran talento, sino una personalidad fuerte y madura, capaz de soportar largas jornadas de rodaje y adaptarse al entorno.

«Reynaldo trabajó en un ambiente de juego... El equipo de rodaje fue pequeño y en su mayoría joven, por lo que el entorno era favorable», recordaba el cineasta. Creó un espacio de confianza y naturalidad, donde los niños podían improvisar y conectar con sus personajes de manera auténtica. Su paciencia y empatía fueron clave para guiar a su equipo y extraer las actuaciones más genuinas.

En Esteban, el director exploró la crudeza de la realidad cubana, con una sensibilidad que invitaba a la reflexión. La película aborda temas como la disfuncionalidad familiar y la falta de recursos, exponiendo la lucha diaria de una madre y su hijo por alcanzar un sueño.

Sin embargo, lejos de presentar un relato pesimista, Cosculluela logró dotar a la narrativa de un optimismo cauto y sincero. «Aún en el peor de los escenarios, lo más importante es conseguir lo que nos hemos propuesto», decía, insistiendo en la necesidad de que el cine se convierta en un espacio de esperanza, pero sin ignorar las dificultades.

Su legado también incluye otras producciones, como Asdrúbal (2008), Altocontraste (2010) y Room for Rent (2010), cada una de las cuales muestra su capacidad para captar la esencia de lo humano en contextos diversos. Aunque Esteban fue su mayor éxito, premiado en festivales de Estocolmo, Huelva y Chicago, todas sus obras comparten una característica común: la búsqueda de una conexión profunda y universal con el espectador.

Como él mismo dijo: «que las madres y padres se acerquen emocionados a nosotros al finalizar las proyecciones… es prueba de que la comunicación de la historia y sus personajes, con la audiencia, se logró».

Jonal también dejó un legado significativo a través de su trabajo en el documental Volverán los abrazos, una obra que documentó la labor incansable de los equipos médicos en Cuba durante los primeros días de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.

Este documental no solo capturó la esencia del compromiso y la solidaridad de los profesionales de la salud, sino que también se convirtió en un testimonio vital para la memoria histórica de la nación. Al recoger las imágenes de la atención médica y el sacrificio de quienes luchaban en la primera línea, Jonal contribuyó a la construcción de una narrativa colectiva que perdurará en el tiempo.

Jonal Cosculluela Sánchez nos deja con un cine que no solo cuenta historias, sino que construye sueños y esperanzas para un futuro mejor.

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