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Razones para celebrar los quince años de Vocal Clave de Sol

En la barriada capitalina de San Agustín, La Lisa, se desarrolla un proyecto sociocultural que es sinónimo de júbilo y tenacidad, llamado: Vocal Clave de Sol

Autor:

Juventud Rebelde

Uno de los símbolos gráficos más reconocidos en el mundo de la música es la Clave de Sol. Esta pequeña figura curva, similar a una G escrita en cursiva, establece la colocación de las notas sobre el pentagrama e indica la altura de la nota musical, esencial para la lectura y la interpretación. Sin embargo, su significado trasciende más allá de lo meramente técnico, ya que también tiene un simbolismo profundo. Se asocia con la alegría, la energía, la conexión con lo divino, la superación de obstáculos, con el despertar espiritual y la búsqueda de la trascendencia.

Justamente, en la barriada capitalina de San Agustín, La Lisa, se desarrolla un proyecto sociocultural que es sinónimo de júbilo y tenacidad, llamado: Vocal Clave de Sol. Surgió el 2 de mayo de 2009, gracias al espíritu inquieto de dos instructoras de arte consagradas a las cuerdas y voces, que han logrado engendrar la maravilla en niños, adolescentes y jóvenes de esa comunidad.

Sus fundadoras Yamilé García Zurita y Nuria García Reyes, ambas Máster en Educación Artística, son conocidas por la teleaudiencia infantojuvenil cubana, por la conducción de un espacio dedicado a la educación musical, transmitido por el canal Educativo durante nueve años.

La labor pedagógica las unió en varios momentos además de las teleclases. Fue así que para el año 1996, compartieron la creación de un coro integrado por pioneros de la escuela primaria Eterno Baraguá, ubicada en San Agustín. “DO, RE, MI, FA”, nombre que se le dio, se convirtió en un referente para la enseñanza de la educación musical en la Isla. Su repertorio lo conformaron más de ciento veinte obras y fue grabado por el Canal Educativo.

Poco a poco fue tomando forma la idea de crear una orquesta de guitarras que sirviera de acompañamiento instrumental a solistas y agrupaciones. Al mismo tiempo que ofreciera actividades recreativas para el disfrute de los habitantes de la zona. De esa manera nació, en la casa de la cultura del municipio, el proyecto Vocal Clave de Sol.

Las clases se iniciaron con cuatro niños y al cumplir el mes sumaban veinte y ocho. Su incorporación tuvo, aún es así, un único requisito: contar con el instrumento, pues las profesoras no tenían para dárselos. Sin embargo, muy pronto pudieron constatar que no todos los interesados podían tenerlo. De ahí surgió el primer taller sobre el aprendizaje de técnicas vocales, que en lo sucesivo daría paso al nacimiento de un coro.

Así, el sueño de estas mujeres fue creciendo con la incorporación de un número cada vez mayor de alumnos, de distintos municipios de la capital, grados y enseñanza. Sumándoseles niños de escuelas especiales, así como de centros destinados a ciegos y débiles visuales. Lo que permite afirmar que aproximadamente más de mil estudiantes han formado parte del proyecto.

Claudia: Empecé con ocho años de edad y ya tengo veinte dos. Pertenecer al proyecto ha sido una oportunidad maravillosa en la que he crecido personal y profesionalmente. A lo largo de estos años he aprendido a tocar la guitarra y el bajo, y he vivido numerosos momentos inolvidables junto a esta gran familia. He podido participar en importantes eventos, nacionales e internacionales, así como compartir escenario con importantes figuras de la música.

Alejandro: […] empecé en Clave de Sol con doce años, para mí ha significado un antes y un después […] pues más allá de enseñar a ejecutar un instrumento […] fomenta las relaciones interpersonales, la convivencia en grupo, el trabajo en equipo y nos ayuda a desarrollar una mejor capacidad de aprendizaje […] también nos impulsa el arte de transmitir los conocimientos adquiridos, haciendo función de monitores y profesores ayudando a los nuevos integrantes.

Gabriela Torrella: Cuando terminó la pandemia mí mamá empezó a llevar a mí hermanito a los talleres de percusión, él tenía cuatro años. Entonces en la casa teníamos que ayudarlo a estudiar los tipos de claves y las canciones y poco a poco fui conociendo el proyecto. Comencé en los talleres hace poco tiempo y ya estoy en la orquesta Bebé y empecé en ukelele. Ser Clave de Sol es algo que me gusta mucho, es tener nuevos amigos, la música me ha abierto a nuevos caminos. Ha sido descubrir una pasión por la guitarra desconocida.

Jairo González: Cada clase para mí es una fiesta. Estoy en los talleres de iniciación y percusión y me gustan. Ya toco muchas canciones en la guitarra y he participado en varias actividades y conciertos. Mis profesoras son las mejores, conmigo tienen mucha paciencia porque soy muy inquieto y ellas son jovencitas. Mi hermano es más grande que yo y ya está en Abdala y mi mamá es coordinadora. Así que no soy el único que es Clave de Sol en mi familia.

Uno de los logros alcanzados, durante estos quince años, ha sido poder contar con todos los formatos de la música, es decir, dúos, tríos, cuartetos, hasta llegar a crear cuatro orquestas, cuyos nombres aluden a la obra martiana y a los valores que representa. Así los niños comienzan en “Iniciación”, donde aprenden las primeras nociones sobre el instrumento. Luego van transitando por “Bebé”, “Meñique”, “Abdala” hasta llegar a “Vocal Clave de Sol”. Camino que no está determinado por edades, ni por años de permanencia, sino por los conocimientos adquiridos.

En la actualidad se ofrecen diecisiete talleres optativos, en los que prima la interpretación de música infantil, clásica, tradicional cubana, latinoamericana y de otras partes del mundo. En tal sentido, sobresalen: guitarra prima, guitarra acompañante, solfeo, bajo, ukelele, tres, charango, mandolina, laúd, cuatro venezolano, técnica vocal y canto, así como percusión cubana. Este último, resulta novedoso por estar dedicado a los pequeños a partir de cuatro años. Los que logran familiarizarse, de manera dinámica, con un amplio abanico musical.

Si bien, en sus inicios sus fundadoras eran las que daban directamente las clases de guitarra, ahora son los integrantes de la Iberorquesta los encargados de preparar a las futuras generaciones de Clave de Sol. Estos nuevos maestros, precursores en muchos casos, no son otros que jóvenes estudiantes universitarios que alternan su tiempo de estudio con la enseñanza de un instrumento. A través del «sistema práctico para la enseñanza de la guitarra popular», creado por Clara Romero de Nicola y versionado por Yamilé y Nuria, los alumnos aprenden con mayor rapidez las canciones del repertorio que según su nivel deben dominar.

Lianet Rubier: Ser parte de los profesores que actualmente imparten clases en Vocal ha sido una gran responsabilidad. Es un reto estar frente a un grupo de niños y adolescentes que quieren aprender y superarse teniéndome como ejemplo. Pero también una satisfacción ver el cariño, la dedicación y los resultados que logran alcanzar. Agradecida siempre a las profesoras por la confianza que depositan en mí y el resto de los monitores en la preparación del relevo de Vocal.

Pudiera pensarse que el proyecto es conocido únicamente en La Lisa y no es así. El trabajo de sus profesoras y el talento de sus integrantes les han permitido presentarse en diversos escenarios cubanos y en no pocos extranjeros. Como fieles exponentes de la música cubana han sido aclamados en varias provincias de la Isla, así como en Estados Unidos, Francia, México y España.

Muchos han sido los artistas que han compartido escenario con los niños de la orquesta Vocal Clave de Sol. Entre ellos destacan Silvio Rodríguez, Toni Ávila y Reynier Mariño. Igualmente han sido invitados a diferentes programas televisivos y cuentan con múltiples premios y reconocimientos. Puede mencionarse, por ejemplo, la medalla otorgada por el INDER por el Aniversario 60 de ese organismo; el Premio Nacional de Cultura Comunitaria otorgado por el Consejo Nacional de Casas de Cultura (CNCC), en el 2021.

En ese mismo año recibieron el Premio «Agrupación Joven del Programa Ibero orquestas Juveniles», certamen internacional que valora la labor realizada por intérpretes y agrupaciones en su actividad diaria. Utilizando parámetros muy precisos que incluyen el desempeño técnico, la inserción social, el compromiso con la comunidad, el respeto al medio ambiente, la innovación y la perspectiva de género.

Este sueño de Yamilé y Nuria tiene un alcance mayor, y ahí está su grandeza, en impactar positivamente en muchas familias capitalinas, pues a través de la música se logra formar valores como la responsabilidad, la solidaridad y la tenacidad; además de construir una noción más acabada sobre la cultura cubana y su historia. Al mismo tiempo que se crea una nueva familia, con lazos muy fuertes y genuinos, donde pertenecer a Clave de Sol implica mucho más que asistir a una clase.

Se arribó a estos quince años con muchas metas logradas y otras por alcanzar, como volver a contar con una sede propia. No obstante, continúan los deseos de soñar y trabajar por un proyecto cada vez más fuerte, inclusivo, alegre y formador de las nuevas generaciones de cubanos.

El pasado 6 de mayo los vecinos de San Agustín pudieron disfrutar, en la escuela primaria «5 de Septiembre», de un maravilloso concierto. Oportunidad perfecta para emocionarse, tararear y hasta bailar con una variada propuesta musical. Al mismo tiempo dio muestra de que Vocal Clave de Sol no es solo parte de la vida de sus creadoras, sino parte indeleble de los niños, adolescentes, jóvenes y familiares que lo integran.

*Investigadora Agregada del Instituto de Historia de Cuba.

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