Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El rey de las guayaberas

El diseñador de modas Jordi Leal se encuentra de gira por el país con su nueva colección Son de Cuba

Autor:

Daniela Fernanda García González

Tras incursionar en campos como el deporte y la música, comprendió que tenía un don. Afirma que desde la primera vez que observa a una persona, en su mente va creando un nuevo diseño. Aunque Jordi Leal no se considera El rey de las guayaberas como muchos lo conocen, sin él sería imposible escribir las páginas dedicadas al atuendo nacional cubano.

«En un inicio comencé practicando judo, karate y otros deportes vinculados a la defensa personal. Luego estudié música en la escuela elemental Alejandro García Caturla. Sin embargo, la voz me jugó una mala pasada y me di cuenta de que iba a ser imposible ejercer eso de manera profesional.

«Al mundo del diseño llego sin darme cuenta, sin proponérmelo». Natalia Méndez, considerada la mejor modelo cubana de todos los tiempos, entre otras figuras fundadoras de esta especialidad, tuvieron que ver en la creación de la Academia JLeal, liderada por el talentoso autodidacta. Desde su creación hace diez años, con sede en el centro recreativo El Castillito, ha prestigiado junto a su creador las pasarelas cubanas, con más de setenta desfiles de moda y unas veinte colecciones dedicadas a la prenda nacional.

«Aunque comencé por el modelaje superando prejuicios arraigados en la sociedad, al aprender el manejo de accesorios como el abanico y la pamela para poder educar a los jóvenes y niños que integraron JLeal, un día tras el fracaso de un proyecto en el que trabajaba tomé un paquete de hojas y comencé a hacer unos bocetos. Increíblemente hice tres colecciones sin haber diseñado nunca nada. Una fue de vestidos de algodón, otra de vestidos tejidos y la tercera de trajes de baño. Cuando se confeccionó aquello y se llevó a la televisión quedé muy sorprendido por la aceptación que tuvo en el público».

—¿Por qué este particular interés por la guayabera que, a pesar de ser la prenda nacional, no es un atuendo muy común en el pueblo cubano?

—Recuerdo que estaba viendo en la televisión un programa sobre rescatar la prenda y yo decía que no se trataba de eso, sino de ver qué se hace para rescatar el interés de las personas por ella; que es lo que sí se ha perdido. «Antes era una prenda que se lucía y se defendía de una manera impresionante.

«Tenía un particular interés en ella desde el punto de vista estilístico y cuando nació mi hija Sonette diseñé mis dos primeras guayaberas una de embarazada para su madre y una para la bebé. A partir de aquí comencé a diseñar varias colecciones, y aunque he trabajado con la guayabera tradicional, siempre tuve el criterio de que si lo presentaba así no estaba diseñando nada, porque diseñar es innovar.

«Veía raras veces en la calle a alguien con una guayabera, generalmente un abuelito en la cola del periódico; pero nunca veía a la juventud. Entonces dije: ¿por qué no hacerle transformaciones? Me puse a preparar colecciones con variedad en las mangas, cambiándole a veces el cuello clásico por otros como el chino. Creé guayaberas con escotes para las mujeres, en el frente y en la espalda. Muchos diseñadores que hoy admiran mi trabajo, en ese tiempo me decían que estaba loco».

La idea que surgió con el nacimiento de una de sus hijas se ha convertido en un bello proyecto que desarrolla actualmente con varios niños y que se nombra Pequeños Gigantes. Entre las futuras colecciones que Jordi Leal pretende retomar está la dedicada a las embarazadas, pues «es muy hermoso ver a una mujer portando una prenda tan glamurosa durante el proceso de gestación».

Un diseñador multidisciplinar

Sobre sus más recientes éxitos comenta a JR que «en Mi Habana, dedicada al aniversario 500 de la ciudad quise mostrar elementos que identifican a la capital; como el Capitolio, el Morro, el Memorial José Martí y eso lo llevé a través de la obra de artistas de la plástica como Zaida del Río, Flora Fong, Ever Fonseca, Maykel Herrera, José Fúster y Nelson Domínguez.

«Son de Cuba, por su parte, se inició precisamente trabajando con guayaberas diseñadas para las modelos de la academia. Pero cuando las llevamos a las personalidades de la televisión cubana vimos que la aceptación se hizo mayor. Comenzamos a exhibir también los diseños en aquella parte más significativa de la locución cubana,
incorporamos las artes plásticas, donde contamos con la colaboración de varios premios nacionales, además del periodismo y el deporte. Estoy muy orgulloso porque fue todo un éxito».

La colección de lujo Son de Cuba, cuya mención en la Feria Internacional de Artesanía 2022, dejó al público expectante, con sueños rotos, arrasó con la pasarela holguinera en uno de los eventos más importantes de este tipo en la Isla, que contó con la participación de invitados de más de diez países.

«A medida que los modelos exhibían las prendas se observaba en una pantalla gigante a las personalidades cubanas portando estas guayaberas. Se mostraron piezas tan emblemáticas como la guayabera con la que Omara Portuondo inició y clausuró el concierto en el Kennedy Center en Estados Unidos. Aunque según los especialistas de la moda presentes mi colección ha sido una de las mejores propuestas que han prestigiado a Iberoarte en 20 años, mi mayor premio es mi público, mi pueblo cubano.

—¿La guayabera, un problema de gusto o de presupuesto?

«Es cierto que la guayabera es una prenda costosa por la cantidad de piezas que lleva, la complicada confección y porque además se trabaja con una de las telas más costosas de la industria textil, que es el lino. Sin embargo, vemos a la juventud actualmente con zapatos de marca de precios exorbitantes, con ropas caras. Pienso que no es problema de costo, sino de preferencia.

Son de Cuba es una de las colecciones de guayaberas más recientes del artífice de la moda, quien se encuentra de gira nacional. Foto: Cortesía del entrevistado.      

«Uno de los principales objetivos de este museo que se inaugurará en La Habana, no solo es exhibir el atuendo nacional, sino además comercializarlo y que cada cliente pueda obtener un diseño personalizado».

Sobre el valor de estas obras artísticas textiles «el rey de las guayaberas» declara que aún no tiene un precio exacto, pero que en él influirá el valor encarecido del lino. «Para la confección de una sola guayabera se necesitan tres metros de tela, botones, mano de obra y demás accesorios. Algo que nos favorecerá a establecer precios adecuados en este proceso es la transformación de mi academia en una mipyme.

«De esta manera lograríamos uno de nuestros objetivos que es brindar piezas de calidad, pero también con un equilibrio de costos. Así se podría cumplir mi sueño de que no sean portadas solamente por
personalidades del país, sino por todos los cubanos».

El libro que necesitan nuestras escuelas

Son de Cuba es el libro del afamado diseñador, en coautoría con los premios nacionales de Periodismo Ciro Bianchi y Gladys Egües, que dentro de dos o tres meses estará terminado y listo para publicar. Como parte de la colección del mismo nombre este facsímil abordará las principales aristas relacionadas con el atuendo patrimonial. «Pienso abogar cuando se publique por su colocación en las escuelas, pues es de gran importancia que los niños conozcan este elemento que los define como cubanos.

«También será una especie de todo incluido porque hará hincapié en la vida y obra de las importantes figuras de las artes plásticas, de la fotografía y de otros sectores de la sociedad cubana. Sin estar terminado hay varias editoriales que lo quieren publicar por su alto valor histórico. Tengo la idea de hacer una segunda parte de este texto con un enfoque internacional».

Miembro del catálogo de la Agencia Artística de Artes Escénicas Actuar, el ícono de la moda, quien se encuentra de gira nacional, expone que no se considera rey ninguno, sino «un humilde servidor que ha puesto su trabajo en función de la prenda nacional».

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