La compañía acumulará medio siglo de teatro y guiños, de marionetas y muñecos Autor: Cortesía del Teatro Guiñol de Holguín Publicado: 13/04/2022 | 09:36 am
HOLGUÍN.— A primera lectura, El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres supone para cualquiera el atisbo de una historia de horror y misterio, con visos detectivesco, crónica roja y finales impensados. Pero en su transitar van cayendo máscaras y limándose asperezas hasta dejar ver un relato burlesco de compañías itinerantes, en la Italia en gestación de hace varios siglos o la Cuba de nuestros días.
El extraño caso de…, texto de la autoría del holguinero Salvador Lemis (radicado en México hace varias décadas), se llevó a escena el 19 y 20 de marzo pasados, con buena acogida de público infantil y general, en la sala principal del Teatro Comandante Eddy Suñol, bajo la dirección artística y general de Karelia Fernández.
Lemis fue por segunda vez referencia para el Teatro Guiñol de Holguín, dado que su título Galápago, de corte medioambiental, se presentó antes en esta provincia.
Para el Guiñol holguinero, cuyos integrantes se entregaron hasta los días previos al estreno al diseño de personajes, concepción visual y puesta en escena, la puesta significó, en esta etapa de retornos y reencuentros, la vuelta presencial a las tablas, inmersa en la Comedia Dell’Arte, adaptada desde lo contemporáneo.
Más de dos años después
La joven actriz y directora de la compañía Karelia Fernández, como sus compañeros, aguardaba por ese momento desde que se reunieron hace más de dos años y realizaron el trabajo de mesa: «La obra se desarrolla en un tono infantil y de adultos, como homenaje a los titiriteros de Cuba, que han dedicado su vida al teatro de muñecos. Se compone de varias técnicas: danza, música, acrobacias, malabares, manipulación de títeres, máscaras, pantomima…
«Tiene cuatro personajes y la desempeñan dos elencos. Atrezzo y escenografía fueron aspectos muy complejos, diseñados por Karell Maldonado, los cuales fuimos puliendo en la fase de producción. Karel recurrió al papel maché y no la tela tradicional utilizada en el Guiñol holguinero. Yunior Rodríguez, con su música original, equilibró lo típico de la Comedia Dell’Arte y lo actual, sin descuidar el matiz infantil», detalló para JR.
Cuando exploraron el texto de Lemis, se dieron cuenta de que no era propiamente para niños por las temáticas profundas abordadas. «Aunque también el título ha dado mucho de qué hablar, en el transcurso de la puesta en escena te percatas de que nadie mata a nadie y prevalece el amor, sublime y empoderante.
El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres hace uso del contrasentido de un divertimento. Foto: Cortesía del Teatro Guiñol de Holguín
«Holguín tiene que estar orgulloso de Salvador Lemis, gran dramaturgo que sabe captar esencias, y en esta obra apela a la jocosidad y el humor negro, dando en el punto exacto», asegura Karelia Fernández.
Experimentada en las vertientes de telones y juegos de luces, María de los Ángeles Rodríguez, asesora teatral, aclara la naturaleza de la obra: «Es una farsa fársica para títeres farsantes; un texto para disfrutar por toda la familia, por aquello de que en sus orígenes el títere no tenía un destinatario específico. Sólo se necesitaba técnica, destreza y pasión por parte de sus hacedores.
«Comparten protagonismo actores y muñecos, las mascaradas propias del grotesco, la pantomima y demás guiños del arte circense, y la música original y la belleza espectacular a que el diseñador Karell Maldonado nos ha acostumbrado.
«Constituye un gran regalo que devuelve a la compañía a las tablas después del confinamiento de la pandemia, y cuando se cumple medio siglo de su profesionalización. Karelia Fernández emplea el divertimento, celebrando el teatro de títeres a la usanza de la Comedia Dell’Arte».
Aplausos bien ganados
Anika Sánchez, actriz de 32 años de edad, representa a Il Dottore, reconocido desde el siglo XVI entre los personajes fetiches de aquellas carnavalescas y renacentistas funciones en que había que andar fino para espantar el dedo acusador de herejía y ganarse la vida en un oficio donde la improvisación galopaba a sus anchas inicialmente.
Anika comparte: «Aquí han incursionado jóvenes actores, de formación profesional y empírica. Desde el preestreno, como suele suceder, todos hemos ayudado, tanto en la sala como en otras actividades de apoyo, porque aspirábamos a que se viera el resultado».
Uno de los Burattinos, el protector de la avasallada Fiorinetta, es el joven Mario Sergio Peralta, quien describe así el rol de su personaje: «Burattino, de una edad entre siete y once años, la quiere como amiga, porque fueron criados juntos. Y ese amor lo defiende a capa y espada frente a la maldad, y luego eso se transforma en inmensa ternura.
«Las técnicas de manipulación me sirvieron para superarme, pues ahora acudimos a varias de estas en un mismo espectáculo. Decidimos traer roles novedosos y reutilizar otros; por ejemplo, el del títere de guante, que se había hecho antes, pero no con tanto rigor».
Spettatore, en el bando villano de principio a fin, es encarnado por Leandro Peña, quien refiere: «Volvimos a prepararnos sicológica y físicamente para estar ante el público. Necesitábamos una continuidad actoral a partir de la interpretación de personajes, y Spettatore me dio la oportunidad. Es alguien negativo, pero trato de desbordar toda mi energía en su actuación, para que llegue a la familia completa el mensaje.
«Ensayamos durante algún tiempo al 50 por ciento de aforo de nuestra sede, por razones sanitarias. Los elencos después, en conjunto, buscamos uniformidad y retroalimentación».
Sin tregua y sin sangre, echando por tierra apariencias, los flechados Burattino y Fiorinetta prolongarán en próximas semanas su storia contra Spettatore e Il Dottore de la mano del Guiñol de Holguín, a pocas jornadas del 17 de mayo venidero, en que la compañía acumulará medio siglo de teatro y guiños, de marionetas y muñecos… y aplausos bien ganados.