Este interesante texto fue publicado por Ediciones Luminaria, de Sancti Spíritus. Autor: Oscar Salabarría Martínez Publicado: 15/07/2019 | 06:56 pm
JATIBONICO, Sancti Spíritus.— Las investigaciones históricas obligan a realizar informes sólidos y de profundos argumentos. De uno de ellos salió a la luz Arroyo Blanco 1898: el otro final de la guerra de Cuba, de Lourdes María Méndez Vargas, una idea acertada de Ediciones Luminaria que nos devela un hecho opacado o retenido a las sombras de otros, en el cual el fatalismo geográfico ha jugado una mala pasada.
Alrededor de diez años de incesantes búsquedas de documentos, diálogos con expertos y con pobladores de la comunidad jatiboniquense, perteneciente a la provincia de Sancti Spíritus, que portan historias de sus antepasados, estructuran los cuatro capítulos de una obra —puesta al alcance del público en el último capítulo de la Feria del Libro— que propone una visión poco divulgada del cierre de la Guerra del 95, pues en otros muchos textos se afirma que concluyó con la entrada de los estadounidenses a Santiago de Cuba.
«Para sorpresa de muchísimas personas fue en Arroyo Blanco donde ocurrió el último combate de esa gesta en el centro de la Isla, incluso se produjo la entrega de la plaza de españoles a cubanos», refirió la autora, encargada de sacar del ostracismo el significativo acontecimiento.
Bajo el mando de José Miguel Gómez —espirituano que posteriormente fue el Presidente de Cuba entre 1909 y 1913— y de Tello Sánchez, hermano del Paladín de las Tres Guerras, sucedió el enfrentamiento. Según los vecinos de la zona, si se busca con ojo aguzado aún en una elevación cercana a la actual cabecera del poblado de Arroyo Blanco se encuentran casquillos de la época.
Lourdes María Méndez Vargas dedica parte de su tiempo a estudiar el pasado-presente de su poblado natal: Arroyo Blanco. Foto: Tomada de su perfil de Facebook.
«El trabajo de la Historia es difícil y arduo porque es una ciencia y tienes que documentarla. Debemos partir de que los espirituanos somos los primeros en estar interesados en enterarnos de qué pasó aquí para que al resto de las personas les importe. Hay muchas lagunas en las historias de nuestras comunidades. Aunque se piense que es un tema local puramente, se tocan intereses de la historiografía nacional. Sancti Spíritus tiene infinidad de hechos que son importantes e interesantes», alegó Méndez Vargas, quien creció en esa localidad, donde todavía queda mucho por descubrir.
Así se confirmó en la primera edición de este texto, el cual fue presentado en el aniversario 120 de la toma de Arroyo Blanco, por el presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios, ocasión en que sus vecinos más pequeños simularon lo ocurrido el 28 de julio de 1898.
«Que él asistiera deja muy claro la importancia de este libro. Algo que le llamó la atención fue la presencia ese día de cinco nietos de los hermanos de Serafín Sánchez Valdivia», agrega Lourdes María, quien con anterioridad habia puesto en las manos de los amantes de la historia el libro Arroyo Blanco: la ruta cubana de Churchill, un perfecto antecedente desde la historiografía de lo que sucedió semanas después de la entrada de los estadounidenses en Santiago de Cuba.
«Ese pueblito tiene una historia muy linda, pero permanece en el anonimato, salvo por sus viejos habitantes que sí conocen lo vivido, gracias a la tradición oral de sus antecesores. En esa localidad tuvo muy fuerte arraigo la familia de Serafín Sánchez», añadió. De ahí que se le dedique el último capítulo del libro.
No solo estos dos volúmenes serán los aportes de Lourdes María Méndez Vargas a la defensa del pasado-presente de Arroyo Blanco, pues otros muchos proyectos la mantienen concentrada.
«Estamos impulsando proyectos socioculturales. Queremos erigir un monumento a la familia Sánchez Valdivia y, sobre todo, aspiramos a que se nos unan jóvenes en cada una de las ideas para que se inserten con pasión en la promoción de lo que poco se conoce», concluyó la acuciosa investigadora.