…Ocurre en domingo, de Teatro de la Luna. Autor: Buby Publicado: 04/05/2019 | 07:05 pm
Estrenada durante la más reciente jornada de la cultura polaca entre nosotros, la pieza teatral …Ocurre en domingo conoció afortunadamente una nueva temporada.
La exitosa dramaturga Anna Burzynska se inspiró aquí en los cambiazos acaecidos tras 1989 en su país —extensivo a todos los miembros del este europeo—cuando muchos profesionales treintañeros quisieron «jugar» enseguida al capitalismo en duro.
Viviendo de las apariencias, globalizando incluso los sentimientos más personales y trastocando valores en pro del suceso económico y social, el matrimonio que centraliza una obra, cuyo título original es incluso más largo (La mayoría de los suicidios ocurre en domingo) no quiere reconocer el verdadero fracaso que signa sus respectivas existencias cuando el despido aparece en sus trabajos; entonces la amargura, la frustración y el desaliento dejan huella en todas las esferas de sus vidas, incluyendo las eróticas.
La perspectiva lúdicra elegida por la autora implica el cinismo, la ironía y hasta el sarcasmo con el que no solo contempla sino teatraliza la relación de esta pareja, que a través del juego, la reiteración de acciones y las máscaras que ocupan el principal escenario de sus vidas (hasta que caen sin remedio) intentan en vano escapar de la absurda red que les envuelve.
En la lectura de Raúl Martín y su Teatro de la Luna se privilegia la estructura cíclica del relato, los diálogos que parecen representar a la serpiente mordiendo su propia cola y la asfixiante atmósfera de un mundo cerrado y sin salida. De ahí que la gran telaraña que preside el escenario, en una casa que ha dejado de ser, sin embargo, un hogar, tenga tanto que ver con la esencia de la letra.
Tanto los movimientos de los dos únicos actores (realmente tres si contamos a la «secretaria electrónica»-pianista, Alexa, asumida por Laura de la Caridad González, quien acentúa el mecanicismo de la relación), las conversaciones rutineras como los recursos escénicos acentúan la perspectiva dialógica de la trama, encaminada a la reflexión. El desempeño de Yaikenis Rojas y Luis Manuel Álvarez figura sin dudas entre lo más significativo de la puesta, al entablar un verdadero combate de encubrimientos y complicidades.
…Ocurre en domingo es definitivamente otro notable punto en la trayectoria de Teatro de la Luna.
Otra casa se derrumba, aunque esta parta de la España lorquiana, franquista, para conectarnos con la mujer negra, marginalizada, esclavizada aun tras liberarse de tal sistema social, de la Cuba contemporánea, específicamente en Santiago de Cuba.
Fátima Patterson y su colectivo Macubá presentan en su sede santiaguera otra versión de la celebérrima La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca y también de Bernarda’s simulation, escrita por Margarita Borges, quien funge también como asesora teatral de la puesta.
De modo que el hipertexto, aunque recoge personajes y hechos de sus referentes, los recontextualiza y resignifica, los ubica en un espacio y tiempo otros con lo cual los enriquece y dota de una vida mucho más amplia e inclusiva, fiel a los preceptos de la Directora y Premio Nacional de Teatro en cuanto a indagar en el mundo peculiar de las féminas, concretamente en los sectores más humildes y oprimidos.
Pese a la energía que proyecta la puesta, sobre todo gracias al trabajo de los actores (en especial como puede inferirse de las actrices) habría que mitigar precisamente ciertos excesos y énfasis innecesarios dada la fuerza textual. Así la banda sonora requiere ajustes, pues en algunos momentos se siente recargada.
El diseño de escenografía, vestuario y utilería de la maestra Nieves Laferté figura entre los aciertos indudables, por cuanto se suma a esa plataforma resemantizada y concreta que el nuevo relato aporta.
No son pocas las obras que revisan y cuestionan los conceptos de héroe, nación, patria y otros afines según los nuevos tiempos y circunstancias sociales, entre ellos Antigonón o Harry Potter se acabó la magia (Teatro El Público), Jardín de Héroes, de Yerandi Fleites o el cabaré político del matancero El Portazo.
A ellos se suma ahora Laboratorio Fractal Teatro con La caída, una obra escrita por el joven Raúl Miguel Bonachea Miqueli, quien desde la lejana Constitución de la República en Armas, la Guerra del 68, e incorporando figuras históricas tan icónicas como Céspedes o Agramonte, ofrece sus criterios y reflexiones en torno a la recientemente aprobada, y a hechos y circunstancias muy actuales en el aquí y ahora.
Con el siempre sano y eficaz visor de la lectura historicista para entender el presente, refractando a la praxis teatral y artística en general, Bonachea entrega un texto motivador y polémico, mas lamentablemente resentido por problemas de definición tonal y desequilibrio en su propuesta estilística.
Aunque la puesta resuelve de modo satisfactorio movimientos y recursos escénicos (apoyados en el minimalismo y la economía de estos últimos) se lastra mediante rupturas y distanciamientos que no logran insertarse felizmente al discurso, y mediante segmentos que se (es)fuerzan en vano en aplicarle matices humorísticos.
Luego, el rubro histriónico se siente no menos desigual, sobre todo en el caso masculino: el mismo Raúl como protagonista, quien no logra salir airoso ante la carga de profundo y complejo texto con que se bombardea —en el mejor sentido, cierto— al espectador.
En fin, una obra sujeta a no pocos ajustes y podas, de lo cual puede resultar un texto mucho más sólido y resuelto, que evite, a todas luces, la caída.