Los payasos burladores burlados, del maestro René Fernández, estará las dos primeras semanas de agosto en el Teatro Nacional de Guiñol. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:35 pm
Por las dos primeras semanas de agosto, Teatro Papalote dejará su guarida en Daoiz número 83, en la ciudad de Matanzas, para instalarse en el Teatro Nacional de Guiñol y presentar el ya aplaudido espectáculo Los payasos burladores burlados a todos aquellos que radican en la capital o la desandan en días de vacaciones.
Desde este viernes Los payasos burladores burlados, que concibiera el maestro René Fernández para celebrar el aniversario 50 de su agrupación (2012), estará en la cartelera del emblemático teatro, ubicado en calle M entre 17 y 19, en el Vedado. Como de costumbre ese día, como el 12, la función será a las 5:00 p.m., mientras que los sábados (6 y 13) y domingos (7 y 14) se añade una invitación a las 11:00 a.m.
Perfilón y Pirilolo son los protagonistas de esta puesta en escena del Premio Nacional de Teatro 2007, interpretados por los actores-titiriteros Pedro Rabí González y Yoilen Sánchez Cárdenas, quienes, según las notas del programa, se encargarán de revivir instantes alegres y tristes del fantástico mundo del circo y de reinventar sus encantos y atracciones con un imaginario sorprendente: «un simpático perro amaestrado llamado Trapiche, una culebra majadera que insistentemente serpentea la pista, palpitantes malabares con pelotas, el vuelo del payaso, el Diábolo y su mágico equilibrio en la cuerda, los atrapados secretos de la telepatía descubriendo objetos, edades, colores y otras sorpresas. En todo este «disparate» de recreación y participación circense surge la insólita historia de unos espejuelos mágicos, que vuelven invisible a quien se los ponga y un cubo encantado que concede deseos, y así entre fantasías e invenciones se desarrolla el juego de Los payasos burladores burlados».
Desde el año 1997 Teatro Papalote abrazó con fuerza a estos personajes de narices rojas y zapatos enormes, tan queridos por la familia cubana, con el objetivo de animar el proyecto sociocultural La calle de los títeres, que el colectivo que dirige el importante dramaturgo, actor, director artístico, pedagogo y promotor René Fernández lleva adelante el último domingo de cada mes.
Todo comenzó con Jueguipayasos, un montaje de ese mismo año 1997 con el que Papalote se presentó ante el mundo como auténtico defensor de ese artista que en estos últimos tiempos ha sido muy maltratado».
Cuenta el autor de piezas como Otra vez Caperucita y el lobo, Historia de burros, Los Ibeyis y el Diablo y Nubes azules, que como de costumbre, el grupo que lidera enseguida se dispuso a desarrollar una investigación cabal. «Se convocaron concursos de pintura, poesía y cuentos con los niños de la comunidad. ¿Cómo vestir a mi payaso? ¿Mi payaso es alegre o triste? ¿Por qué? Se maquilló a los niños y se confeccionaron narices artesanales, así como un concurso de trajes de payasos. Con estas labores se realizaron exposiciones en la galería del teatro y se premiaron los trabajos más destacados. Todo esto alimentó a la institución Papalote para conformar un proyecto que la familia matancera espera. La sistematicidad en su realización y la calidad artística, técnica y cultural lo ha convertido en un placer de recreación y diversión como acontecimiento popular».
Se refiere el maestro a la Temporada de payasos Narices rojas que nació en el 2000 y que desde entonces tiene lugar en el mes de junio. Ese fue el año de Circo de sueños, que también fue resultado de los entrenamientos a los que se sometieron los actores-titiriteros, asesores, músicos, diseñadores y todo el personal de Papalote, de los «talleres, acciones y procesos de búsquedas de la identidad particular de este artista tan querido por los niños y las niñas. Los estudios escénicos nos llevaron a descubrir características y naturaleza en los aspectos corporales, gestuales y de comunicación del payaso. Estudiando la tradición clásica y la de nuestro patio encontramos riquezas de expresiones, no solamente en el silencio orgánico, lenguaje extraverbal, sino también en lo literal textual en la dramaturgia».
Es decir, que Jueguipayasos abrió la gran puerta creativa de Papalote, que no solo ha entregado para disfrute de muchos la trilogía Los payasos rayados y disparatados (2003), Los payasos cuadrados y despistados (2004) y Los payasos ovalados enamorados (2005), o Los payasos burladores burlados, que ahora convocará al público en el Guiñol Nacional, sino también la más reciente Mágica Narices Rojas (2014). Una labor artística extraordinaria que «se ha ido integrando y enlazando al cuerpo cultural de nuestro teatro que son los títeres, y hoy este quehacer creador continúa enriqueciendo los valores de nuestra institución, la versatilidad de nuestros actores-titiriteros, la proyección estética, el repertorio y el respeto a la imagen y cultura del payaso».e modo que el Teatro Nacional nos espera para que hagamos nuestra esta fiesta: una puesta en escena como todas las del maestro René Fernández, en la que deja «que los niños rían, que lo hagan sus padres, los abuelos y todas las generaciones de cubanos. Payasos burlados y burladores parodian al circo, todo es una mentira y los burladores también terminan siendo burlados. Ahí están los contrastes de la vida».