El Doctor en Filología Ramón Luis Herrera cuenta en 2015 con tres libros publicados. Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 21/09/2017 | 06:06 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Las 24 horas del día a veces no le alcanzan para sacar todo fuera de sí: clases, textos pendientes por publicar, investigaciones infinitas, y la lectura diaria de la prensa y del libro de turno acaparan el tiempo de Ramón Luis Herrera, quien ha dedicado parte de su trabajo a escudriñar en la literatura infantil cubana.
Pero ha valido la pena, sobre todo en este 2015 en que será premiado con la publicación de tres títulos que formarán parte de la historia editorial de la Isla. De hecho, Ramón Luis ya hojeó el Diccionario de autores de la Literatura Infantil Cubana, cuya autoría comparte con la profesora e investigadora espirituana Mirta Estupiñán. El volumen sobresale por ser el único texto de su tipo existente hasta el momento en el país.
«Los primeros pasos los dimos en 1991 cuando varios profesores de la otrora Universidad de Ciencias Pedagógicas nos percatamos de que había un gran vacío de información en el contexto de la enseñanza. Creímos pertinente confeccionar un documento bibliográfico que organizara el caudal de datos de una literatura que había crecido enormemente después de 1959».
—¿Qué podremos encontrar, sobre los más de 300 autores cubanos referenciados en sus páginas?
—Posee un perfil eminentemente bibliográfico y crítico. Abarca los datos biográficos de creadores del siglo XIX hasta la actualidad, así como los géneros que cultivaron; una lista con asientos bibliográficos de sus obras publicadas en forma de libros o folletos y una síntesis de la crítica, referenciada.
—¿Cómo lograron culminar tan compleja y abarcadora obra desde el centro del país?
—Sancti Spíritus es un lugar importante porque aquí, desde 1989, se han celebrado los eventos nacionales de crítica e investigación de la literatura infanto-juvenil. Pero sí pedimos ayuda a personas de todo el país para la obtención de datos y luego al acceder a Internet se nos facilitaron las cosas. Además, la labor del editor Esteban Llorach, quien contrastó mucha información en la Biblioteca Nacional, resultó determinante.
Con la firma del Doctor en Filología Ramón Luis Herrera, junto a Diccionario… también aparecen los textos Julio M. Llanes, la imaginación desde las raíces y Yo batallo y todo pasa, una antología de la poesía para adultos de Raúl Ferrer, ambos bajo el sello de Luminaria, casa editora de Sancti Spíritus.
—¿Por qué dedicar horas al estudio de la obra de autores tan conocidos en Cuba?
—Hay que reconocer e investigar a los escritores que se lo merecen. A mi juicio es una forma de prestigiar la literatura para niños y jóvenes, de cierta forma necesitada de ese tipo de estudios. Me apasiona la literatura infantil.
—¿Cómo valoras la salud de la literatura infantil cubana?
—Desde la década de los 60 del pasado siglo ha crecido y se ha diversificado. Ni siquiera en los 90 hubo un retroceso porque surgió entre los escritores un espíritu transgresor; una búsqueda formal interesantísima de temáticas y estilos.
—¿Existe acaso una receta que se sigue para hacer buena literatura infantil?
—No creo, porque eso sería subestimarla. La palabra literatura no es entretenimiento de alguien que no tiene algo mejor que hacer, sino una creación tan retadora como cualquier otra que se emprenda.
—¿Qué piensa Ramón Luis cuando descubre que en la lista de prioridades de las más jóvenes generaciones no se encuentra la lectura?
—Intuimos que la situación es compleja, aunque nos faltan investigaciones que nos permitan corroborar esas hipótesis. No es menos cierto que la vida contemporánea no favorece las necesidades de lectura y sus prácticas, porque vivimos en la era audiovisual y de los videojuegos.
«Sin embargo, el seno de la familia y la escuela debe tomar más conciencia del fenómeno porque formar a un niño como lector es dotarlo de un conjunto de defensas, riquezas espirituales, cognitivas y afectivas que le abrirán exitosamente el camino de la vida».
—Luego de este año tan exitoso, ¿continuarán las pesquisas tras la literatura infantil cubana?
—Estoy enfrascado en varios proyectos, tanto en la literatura infantil como en la de adultos. Puedo citar mis primeros pasos en una antología de la poesía infantil cubana desde el siglo XIX hasta el presente, y la coordinación del texto Panorama de la literatura infantil y juvenil, que se prepara como material de estudio para las Facultades de Ciencias Pedagógicas de todo el país, a fin de fortalecer la carrera de Español-Literatura.