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Andando va el audiovisual para niños

Por primera vez en el panorama audiovisual cubano, una producción discográfica llega acompañada por los videoclips de todas sus canciones. Ello sucederá con Por una sonrisa, de Lidis Lamorú, Bis Music y los Estudios de Animación del ICAIC

Autor:

Jaisy Izquierdo

Para nadie es un secreto la sensación causada en el público infantil por los videoclips que regularmente aparecen en la pantalla del televisor, y que se han colado en los DVD de las casas como disco rayado que no para de tararear a todo color las peripecias que acontecen en Un día de paseo, El niño robot, Juan me tiene sin cuidado, El espantapájaros, La clase de la conga o Estela es un granito de canela...

Es por ello que la noticia de que el nuevo disco de Lidis Lamorú, la autora de Don Lagartijo, estaría repoblado audiovisualmente con los graciosos personajes con que nos sorprenden los Estudios de Animación del ICAIC, me llenó francamente de alegría. Y de curiosidad, pues siempre me ha intrigado la imaginación que habita dentro de aquellas personas capaces de dibujar una sonrisa y hacernos reír.

La oportunidad de conocerlos, de descubrir junto a ellos el mundo creativo con que acrecientan la fantasía infantil, me hizo entender el misterio. Son jóvenes: son magos.

Quizá por eso el sortilegio de convertir 13 canciones en clips comenzó un 13 de noviembre y terminó un 13 de enero, aunando las quimeras de 13 realizadores, que hicieron posible, por primera vez en el panorama audiovisual cubano, que una producción discográfica llegue acompañada por todos los videoclips de sus canciones.

Al mando de la tropa el más joven, «el viejo Oliver», y me aseguran todos que estoy en presencia de «un artistazo de los pies a la cabeza, capaz de impregnar con su locura a aquellos que le rodean».

El padre del Capitán Plin —personaje que está celebrando, por cierto sus primeros 30 años—, quien también participa como realizador de La orquesta de los animales, me cuenta en qué consistió su misión: «Como director general del proyecto me planteé que todos los cortos tuvieran una diversidad visual, en correspondencia con la propuesta musical del disco, que ya era un producto variado, rico en sonoridades cubanas y de otras partes del mundo. Así que preferí que diferentes directores se encargaran de un clip y no que uno solo realizara los 13».

Otra característica compartida entre todos, fue la presencia de Lidis en los videos, donde interactúa física o virtualmente con los múltiples mundos de fantasía creados. «Esto era totalmente novedoso para los realizadores, quienes nunca habían vivenciado las complicaciones de una filmación, lo cual les imponía el reto de pensar la historia animada en combinación con un personaje real», me explica Mandy, productor general del proyecto, y extiende sus elogios a la cantautora, quien «estuvo sometida durante el mes que duró el rodaje de los materiales a interpretar un sinnúmero de personajes, caracterizados cada uno con maquillaje y vestuario diferentes».

Un buen ejemplo de este desdoblamiento lo encontramos en Andando va, para el cual su director, Johan Ramírez, tuvo que filmarla muchas veces: «En mis fondos, que no son más que fotografías trabajadas, la podremos ver caminando por la calle como doctora, roquera o cocinera, acompañando al barrendero que también interpreta y a cuya labor está dedicado el tema».

William y Liliana dieron cauce a todo el amor que los une para concebir Siempre te estoy esperando, cuya historia fue concebida también con cierto halo de romanticismo. Liliana afirma que estuvieron toda una tarde escuchando la canción una y otra vez, para entender al personaje principal: un niño bastante atípico, con dificultades para relacionarse, pero con un corazón muy sensible. William asumió la parte más creativa de la puesta en escena, story board y diseño de personajes, mientras su novia se encargó de la edición.

Y si se habla de amor, Martín y Eva esperan un bebé. Y no es casual que emprendieran unidos la dirección de La niña y el ángel, ni que dicha canción se trate de la nana que compusiera Lidis cuando aún estaba embarazada de su hija Adriana Lorena. «Para este video —me dice Martín— utilizamos a la propia nena de Lidis, que tiene dos años y medio de edad solamente. Pero justamente por esa razón nos resultó muy dificultoso lograr que la pequeña hiciera exactamente lo que necesitábamos, para que coincidiera con las escenas que íbamos a crear. Lo más fácil fue que se durmiera pues después de todo un día de filmación estaba exhausta, y terminó rendida. La historia la creamos a partir de un escenario bastante real, donde Lidis intenta acostar a su niña que no quiere dormir, y por el contrario se entretiene con los juguetes que cuelgan de su cuna. Con esos juguetes se va a un mundo virtual a jugar de la mano de su mami, quien cuando regresa encuentra que ¡finalmente! su niña se durmió».

El disco, que viene amparado por el sello discográfico de Bis Music, tiene otra canción de cuna: Nana para Lorena, dirigida por Yemeli Cruz y Adanoe Lima. El temor de todos era que ambas obras se parecieran mucho. Para evitarlo, desde un principio tuvieron que ponerse de acuerdo. «Yemeli y Adanoe prefirieron utilizar la técnica que antiguamente se conocía en animación por recorte, donde los personajes parecen de cartulina, y son superpuestos y nos brinda ese ambiente de ensueño que pretendían atrapar», resalta Mandy.

Otros mundos fantásticos

Con experiencia anteriormente en composición y fotografía, Mayrelys heredó el trabajo de Pepe, guionista de la historia de Canto alegre: una tonada guajira, que habla de los símbolos patrios y hace referencia, además, a nuestra historia. Ya en manos de Mayrelis, quien se enfrenta por primera ocasión a la responsabilidad de tomar decisiones, el reto mayor consistió en encontrar fondos afines que le sirvieran de escenarios para agilizar el tiempo de producción. En ellos Lidis aparece vestida de diferentes maneras, y también cuenta con la presencia del Coro Diminuto, que dirige Carmen López.

Los niños de Carmen participan asimismo en Colores colores, que sí estuvo a cargo de Pepe, y resalta por la alegría visual que nos invita a llenar la vida de brillantes matices. A Pepe también correspondió la canción que da título al disco, Por una sonrisa, para la cual preparó un gran escenario virtual para Lidis.

Cuenta Omar que desde un principio quiso dirigir dos videos en especial: Ricardito y El rock de Nerón. «El primero porque se trataba de un country y a mí me apasionan las granjas y sus animales; y el segundo porque era la mejor canción del disco y estaba dispuesto a discutirla con quien fuera», bromea, y acto seguido me explica cómo condensó la canción en imágenes: «Ricardito es un niño que le tiene miedo a dormir, y Lidis, vestida de vaquera, es la encargada de hacerle entender que tales preocupaciones son solo producto de su imaginación. Para Nerón acordé con Lidis una proyección menos infantil, pues esta era una historia que íbamos a ubicar en un cabaré de los años 30. Con la zalamería de las solistas de la época, ella canta en un local donde todos son personajes caninos, desde los músicos de la banda que la acompañan hasta los mafiosos que están sentados en las mesas. Nerón, la estrella del clip, no es más que un perro sato que rompe con toda la seriedad imperante y termina armando la fiesta».

Luis Ernesto también dirigió dos videos: El valor de la amistad y Sembrar cariño. Mientras El valor... está protagonizado por dos pájaros carpinteros que aprenden la importancia de ser un buen amigo, Sembrar cariño traslada a Lidis Lamorú en una alfombra voladora hasta el lejano Oriente. Acerca de tal desafío, Luis Ernesto comenta que la idea fue sugerida por el propio tema, el cual mezcla ritmos pop con la música tradicional hindú. «La filmación fue ardua, porque se incluye además una especie de coreografía realizada por Bebé Compañía, que dirige Bertha Casañas, donde todas las bailarinas utilizan el lenguaje mímico de los hindúes para señalar valores como el amor, la amistad y el cuidado de la naturaleza. También fue importante la labor desempeñada por la esposa de Omar, Dialys Álvarez, la maquillista que se encargó de transformarla en una típica india, con la misma profesionalidad con que lo hizo en el resto de los videos donde se necesitaba caracterizar personajes muy diversos».

A Isis Chaviano correspondió la idea de convertir en un animado a Lidis, para que viajara en compañía de un niño ciego en busca del Secreto del amor. «El video se vale de un recurso simbólico muy fuerte, pues comienza en negro, y continúa muy colorido a través del viaje que emprenden juntos por un mundo de fantasías, para terminar en blanco, en un fuerte contraste con la luz», apunta Mandy en relación con los códigos visuales aprovechados para acentuar las moralejas.

Este trabajo en equipo fue precisamente lo que más agradeció Ray, editor de 12 de los clips, y quien reconoce cómo «todos se interesaban sinceramente en la labor de los otros, apoyándose en la animación o composición de los demás proyectos».

Al conversar con Lidis, génesis de todo este mágico revuelo, conocí que la materialización de este proyecto fue posible gracias a la Organización de Pioneros José Martí y la Unión de Jóvenes Comunistas, las dos organizaciones que lograron insertar su obra en una institución como los Estudios de Animación del ICAIC.

Lidis le reveló a Juventud Rebelde que al terminar de visionar todos los clips, en una presentación especial junto a sus realizadores, tuvo que confesarles, mientras intentaba esconder unas lágrimas, lo  que sentía: «hemos ganado, nosotros, el país, y el arte, pero en especial los niños, quienes podrán comprobar lo mucho que tenemos aquí, en el corazón, para brindarles». Luego me adelantó que espera para el lanzamiento oficial de Por una sonrisa (el 31 de julio, teatro Karl Marx) a los más pequeños de casa junto a sus padres, pues «es un disco para disfrutar en familia». Y no se despidió sin antes enviarles a todos un beso del tamaño del cielo.

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