CIENFUEGOS.— Geysi Rojas Díaz escribe desde que cursaba el cuarto grado. Los libros fueron amigos de infancia que permanecieron a su lado en el tiempo. Le resultaron especialmente provechosos para afrontar esos primeros años escolares de «una niña un poco deprimida, solitaria. Mi papá era una persona muy dominante, en ese marco estrecho siempre fabulé y soñé», dice.
Aun no había cumplido los diez años, y ya Geysi montaba pequeñas piezas teatrales, en la cuales reservaba siempre los principales personajes para sus hermanos.
Las tablas, la literatura y los niños: he ahí la triada de preferencias eternas de la creadora de Polvera mágica, el más reciente de sus textos de poesía infantil. Se trata de 13 composiciones, redactado, según su autora, con un lenguaje claro, directo, y el candor y la nobleza que entiende el receptor infantil.
Metodóloga provincial de Literatura y laureada actriz del grupo Teatro Nuevo, desde 2000 Geysi labora además en Zunzún, proyecto que incentiva la lectura desde las tablas. «Trabajo mucho las escritoras infantiles locales infantiles como Lourdes Díaz Canto y otras, literaria y teatralmente. Su literatura está marcada por leyendas, mitos y la onmnipresencia de la ciudad.
«Eso se los transmito a los niños participantes, quienes ensanchan su imaginario y contribuyen al amor de sus raíces, al tiempo que se adentran en el conocimiento de tales autores», comenta.
Aunque también escribe para adultos —de hecho prepara un libro para ese público—, prefiere la poesía infantil porque «el mundo de los niños está lleno de inquietudes, se encuentran en perenne asombro e investigación, son grandes críticos pero no grandes criticones, a diferencia de los adultos. En ellos late siempre una honestidad pura, desprovista de esas sutilezas irónicas de los mayores».
Geysi piensa que «el niño resulta muy transparente, cuando te dice una cosa es abiertamente. Me han enseñado mucho; he aprendido a ver el mundo desde otra óptica, con más naturalidad, con más espontaneidad, con mayor afectividad, gracias a ellos».
La autora agradece mucho a intelectuales cienfuegueras como la mencionada Lourdes y Ana Teresa Guillemí el espaldarazo en la ejecución de sus empresas literarias. «El apoyo de ambas es clave. Incluso, resulta imprescindible para mí, pues me considero una persona muy tímida, pese a ser actriz. Tengo miedos terribles a todo. A veces me siento insegura y pienso que no voy a lograr lo que me propongo», reconoce.
Dicen que el hombre y la mujer son grandes cuando confiesan su flaqueza. Y Geysi no tiene reparos en descubrir sus presuntas debilidades al lector. Así de franca es la entrega de esta joven escritora, quien espera —por arriba de todas las cosas—, que sus libros sean leídos y apreciados por la mayor cantidad de niños posible.