Personal belongings (Cuba-Bolivia), uno de los 24 largometrajes que se hallan en la porfía por el Coral a la mejor ópera prima que otorga el 29 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, es de esas películas que me ha dado el privilegio de ver crecer poco a poco hasta convertirse en una obra muy estimable. A muchos, la oportunidad de ser testigos de su nacimiento nos la fueron ofreciendo las últimas ediciones del Festival de Cine Pobre de Gibara, donde este título en la cuarta cita (2006) obtuvo codiciado galardón que este certamen otorga a la Mejor Producción de un filme alternativo (Inti Herrera), por «el esfuerzo realizado en contar una historia de amor imposible con una serie de recursos muy sencillos y escasos», mientras que este año se convertía en la Mejor Maqueta «por la calidad de la historia, la excelencia de la fotografía y, en general, los aciertos en la realización».
Graduado de guionista en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Alejandro Brugués estaba consciente de que para poder hacer posible su sueño de algún día poder rodar su propio proyecto necesitaba financiamiento, que fue consiguiendo no solo en Gibara, sino también en otros festivales como el XXII Festival Internacional de Cine de Guadalajara, donde alcanzó el premio Cine en Construcción.
Claro, todo comenzó en el 2004, cuando Alejandro Brugués, su director, llegó a la hermosa ciudad holguinera con un guión en la mano y lo cual se convertiría en su primera experiencia como realizador, pues en calidad de guionista había participado en importantes proyectos como Tres veces dos (Lila), Bailando chachachá y Frutas en el café.
Brugués, guionista graduado en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, participó en la filmación de Tres veces dos.
¿La historia? Ernesto, un joven cubano, cuyas únicas pertenencias son un carro y un maletín, tiene una idea fija: salir del país, conseguir una visa hacia donde sea, para lo cual va de embajada a embajada, aunque no tiene idea de que Ana se cruzará en su camino. Ella es dueña de una casa y vive sola. Y a pesar de que sus padres un buen día optaron por partir en una balsa, esta muchacha decidió quedarse, segura de que los suyos habían tomado una decisión desacertada. Solo que este encuentro desembocará en un amor pujante, aun cuando saben que sus objetivos de vida los separan.
Con este núcleo dramático, Brugués definió la psicología de sus personajes y construyó la película —se exhibirá esta tarde en el Charles Chaplin, a las 5:30 p.m.— que siempre fue pensada como cine de bajo presupuesto. De origen argentino-boliviano, aunque se reconoce cubano, Alejandro regresa al tema de la emigración, tratado ya con mayor o menor fortuna en otras ocasiones, pero que continúa como uno de los grandes debates no solo de Cuba, sino que es una constante en el mundo.
Según contó en Gibara, para él era primordial poner su atención en un tratamiento visual que fuera coherente. «Esa relación de personajes opuestos era lo más determinante y decidí remarcarla estéticamente con colores, movimientos de cámaras, tratamiento de vestuario. Al trabajar con bajos presupuestos lo mentalmente planificado no siempre puede lograrse en la realidad. Hay limitaciones técnicas que nos llevaron a adaptaciones de lo escrito. No obstante, está bastante logrado el objetivo, aunque tal vez no al nivel de detalles que yo quería».
Con música de X Alfonso, Personal belongings, que contó asimismo con el aporte de la EICTV del Movimiento Nacional de Video y del ICAIC, es una película que fue filmada en digital con una sola cámara eficazmente intranquila que no deja tranquilo a los personajes. Cuenta su productor, Inti Herrera, que «únicamente empleamos dos en la escena de toma única donde destruimos un auto, porque no teníamos otro para romper, para no fallar. Luego editamos en una PC».
Hoy, para bien del cine cubano contemporáneo, Personal belongings fue hinchada a 35 mm, lo cual, sin duda, llena de regocijo a Alejandro. «No me conformaba con verla en digital. No me planteé el celuloide desde el principio porque sabíamos que no sería posible, y la historia sí me estaba comiendo por dentro y no soportaba las ganas de contarla. Por supuesto, también nos interesaba que se pudiera ver en la pantalla grande, que compitiera en festivales, para lo cual era importante alcanzar los 35 mm, pues esa es una condición (además de la calidad, claro está) para poder acceder a otros mercados».
Ganadora asimismo del premio de ficción de la Muestra de Nuevos Realizadores, si algo se agradece de esta película sobre nuestra realidad, pero que sobre todo es una hermosa historia de amor, es el modo fresco, sentido y sincero como se narra, gracias al desempeño del reducido elenco.
Para Heidi García, artista de la plástica, este es su debut como actriz. «La experiencia fue muy interesante, mas también estresante, tenía mucho miedo, sin embargo, mis amigos me necesitaban, y ya ves, me gustó mucho. Por lo menos sé que si se me diera otra oportunidad lo haría mejor». Acompañan a Heidi en esta película reconocidos actores como Caleb Casas, Gilda Bello, Osvaldo Doimeadiós, Roly Peña y Rubén Breña.