Fallecido ayer a los 86 años tras una larga enfermedad, Fernando Fernán-Gómez —actor cumbre, cineasta, académico de la Lengua, autor teatral y literario— nunca se dejó ceñir por el ejercicio de una disciplina única, lo que lo convirtió en una figura clave de la cultura española contemporánea.
Su trayectoria fue reconocida con la concesión del premio Príncipe de Asturias de las Artes, los premios Nacionales de Cine y Teatro, la Medalla de Oro de la Academia de Cine y la máxima cantidad de Goyas acumulada en el cine español. Fernán-Gómez nació el 28 de agosto de 1921.
Desde 1934 participó en grupos de teatro de aficionados y su inclinación por la interpretación lo llevó a abandonar sus estudios de Filosofía y Letras para dedicarse a la escena. En su carrera se cuentan más de 150 películas a lo largo de casi 60 años. La valía actoral de Fernán-Gómez encontró vehículos apropiados a su talento en los nuevos cineastas que trajeron nueva savia al cine español en los 70 como Carlos Saura, Víctor Erice, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez, Pedro Olea o Jaime de Armiñán.
Las nuevas generaciones de cineastas que fueron surgiendo en décadas posteriores, no hicieron sino consolidar su fervor hacia Fernán-Gómez, quien estuvo presente en dos de las películas con las que España ganó el Oscar, Belle epoque, de Fernando Trueba; y Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar. (EFE)