Ana María Raga, Directora Asociada y pianista acompañante de la Schola Cantorum de Venezuela, elogió el desempeño de Cuba en el V Festival Coral Internacional America Cantat, clausurado en el Teatro-Auditorio Amadeo Roldán.
La ganadora de premios internacionales como directora de corales infantiles, y tallerista en America Cantat III (Venezuela) y IV Europa Cantat Junior (Hungría) dijo que la mayor de las Antillas "demostró su capacidad de hacer música coral de la buena".
Raga, -junto a la colega cubana Sonia Mc Cormack-, realizó el Taller de música para coros femeninos que culminó con un memorable concierto en el que se integraron los Coros Juvenil de Zurich (Suiza), Canticum Merú (Venezuela) y Vocal Luna (Cuba).
Gran éxito tuvo la interpretación de la obra Pata Pa’ca, del director y compositor venezolano Alberto Grau, que involucra el movimiento corporal y la eurritmia para que el coralista además de ser expresivo y cuidar su técnica vocal, logre sacar recursos de su propio cuerpo y acompañarse.
En declaraciones a la AIN, Raga dijo que fue el propio autor, quien le sugirió traer al Festival esta obra poco difundida, teniendo en cuenta la diversidad de géneros que contiene, entre ellos la Habanera y el afromambo.
Explicó que el argumento se refiere a la llegada de los españoles al continente americano, de ahí que comienza con un canto poético de los conquistadores maravillados por la exuberancia del lugar.
Agregó que a medida que avanza la obra contrastan las voces de los nativos emitidas en compases irregulares.
La también directora fundadora de Voces Prisma, Pequeños Cantores de Schola-Núcleo Altagracia y Coral Aequalis destacó la gran fantasía de Grau, quien ha inventado fonemas, e incluso su creatividad y lirismo, al incluir textos del poeta español Federico García Lorca.
El canto coral es terapéutico, facilita la identificación de las personas, les permite aceptarse tal cual son por la magia de la unión de muchas personas diversas por un bien común, la actividad coral es una escuela de vida, concluyó Raga.
La fiesta coral de América, evento entre los más prestigiosos de su tipo, tuvo por sede a la capital cubana del 30 de marzo al siete de abril.