El Comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho Aguilera. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 15/12/2024 | 12:02 am
Julio Camacho Aguilera nació el 7 de marzo de 1924 en un humilde central azucarero de la provincia de Holguín. Creció en un entorno marcado por la desigualdad, pero con un espíritu combativo que lo acompañó desde joven. Desde su militancia en el Partido Ortodoxo hasta su ingreso al Movimiento 26 de Julio, se consolidó como una figura fundamental en la lucha contra la dictadura de Batista.
Camacho Aguilera se alzó en armas contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) y lideró un grupo guerrillero en las montañas de la oriental provincia de Guantánamo, para después pasar a la clandestinidad.
Participó en momentos decisivos como el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba y lideró el levantamiento popular armado del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos. El luchador revolucionario se incorporó al Ejército Rebelde y recibió el grado de Comandante.
Su valentía fue probada en múltiples ocasiones: enfrentó torturas, arrestos y conspiraciones. A pesar de las adversidades, su compromiso con la causa revolucionaria nunca flaqueó.
Luego del triunfo de la Revolución, el 1ro. de enero de 1959, fue nombrado ministro Encargado de la Corporación Nacional de Transporte para poner orden en esa dependencia, caracterizada por la corrupción y el fraude.
Fue primer secretario del Partido Comunista de Cuba en varias provincias, integró el Buró Político durante más de una década y fue elegido miembro del Comité Central en el 6to. Congreso de esa organización política, en abril de 2011.
Además, se desempeñó como director de la Oficina para el Desarrollo Integral de la península de Guanahacabibes, en el extremo occidental de Cuba, reconocida desde 1987 como Reserva de la biosfera.
Justamente en Pinar del Río, Camacho Aguilera dejó una huella imborrable. Bajo su dirección se impulsaron proyectos transformadores como la construcción de escuelas, hospitales, viviendas y la electrificación de áreas rurales. En una provincia históricamente marginada, Camacho fue el artífice de un cambio profundo, promoviendo no solo el desarrollo económico, sino también el reconocimiento del aporte histórico de Pinar del Río en las gestas independentistas.
Su contribución a la preservación y desarrollo de la península de Guanahacabibes marcó un ejemplo de visión y compromiso con el medio ambiente y el turismo sostenible. Su vida en esta región, adaptándose a las condiciones más humildes tras haber ocupado importantes cargos, demostró su carácter íntegro y su conexión con las raíces de la Revolución.
Su legado, tanto en la guerra como en la construcción de una nueva sociedad siempre estará presente como un símbolo de resistencia, liderazgo y humildad.