Canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla. Autor: @BrunoRguezP/X Publicado: 22/10/2025 | 03:38 pm
Washington anda en apuros, sabe que próximamente, los días 28 y 29 de octubre, volverá a quedar aislado y desacreditado cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas debata, someta a votación y de seguro apruebe la Resolución que denuncia y rechaza la política más que sexagenaria con que inútilmente ha agredido al pueblo cubano, al país, para que deje su camino socio-económico, soberano e independiente.
Y en esta ocasión, el Departamento de Estado —Secretario, algunos subsecretarios y embajadores—, ha sobrepasado maniobras intimidatorias anteriores sobre terceros países, en un intento de hacer variar invariables y firme posturas a favor de la Resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
Los periodistas nacionales y extranjeros convocados a la Cancillería el miércoles escuchamos al canciller Bruno Rodríguez Parrilla formular la denuncia reiterada, pero también conocer pruebas documentadas, una de ellas informada días antes por la agencia noticiosa Reuters, sobre la aplicación por parte del gobierno trumpiano de acciones sumamente agresivas e intimidatorias, incluso hacia países que son sus aliados, aunque no en seguirle los pasos respecto a la discusión del bloqueo en ONU.
«Tenemos información fidedigna de las presiones intimidatorias y engañosas que está ejerciendo el gobierno de Estados Unidos sobre varios países, especialmente de América Latina y Europa, con el objetivo de obligarlos a modificar la posición tradicional e histórica que han asumido y sostenido en apoyo a la resolución contra el bloqueo», denunció el jefe de la diplomacia cubana.
Subrayó que ahora, está ejerciendo una política de presión extrema, a la que ha unido o combinado un despliegue inusual, prácticamente inédito, y una campaña dirigida no solo a distorsionar la imagen de Cuba, sino también «a generar elementos de presión sobre terceros países respectos a su postura sobre el bloqueo», a la que calificó de «intoxicación informativa».
El objetivo de esa campaña mendaz, de presión extrema e inusual para distorsionar la imagen cubana, puntualizó el Canciller, «es crear un clima de desinformación y confusión, tratar de provocar desmoralización y generar en los estados miembros de las Naciones Unidas un sentimiento de inseguridad o temor».
Mostro evidencias de esta campaña y que vienen de las últimas dos semanas. Documentos del Departamento de Estado que muestran las actividades para presionar a otros países, y destacó que un despacho cablegráfico de Reuters al respecto, fue una revelación oportuna, al incluir pasajes de esos documentos. Bruno Rodríguez mostró ahora el texto completo del documento que, dijo, incluye presiones y amenazas groseras si los países a los que se le envió mantuvieran su voto a favor de Cuba.
El documento, comentó, «tiene una estructura muy curiosa, mentirosa y desvergonzada en uno de los subtítulos donde afirma: «El régimen cubano no merece su apoyo», lo que dirigen a naciones que han mantenido un consistente apoyo a Cuba rechazando el genocidio injustificado del bloqueo, y esos países, resaltó, integran una mayoría abrumadora de los estados miembros de la ONU, y reflejan también la opinión mayoritaria de los ciudadanos estadounidenses y de los cubanos residentes en EE. UU., todos los cuales son a su vez víctimas de esta hostilidad y bloqueo.
Apuntó el lenguaje torpe de la guerra fría del documento, porque no sienten necesidad de argumentar ante los gobiernos, no quieren convencer seriamente a nadie, sino presionar e intimidar, porque reconocen que el bloqueo es el obstáculo principal para nuestro desarrollo.
Otro punto trata los supuestos abusos de los derechos humanos en Cuba, por parte de un país que tiene un patrón propio de violación de los derechos humanos en su propio país y contra otros.
El último capítulo, aseguró, es incluso lo más burdo y mendaz. Afirma que Cuba amenaza a la paz y a la seguridad de Estados Unidos. Por tanto, el Canciller ratificó la declaración del MINREX del pasado 11 de octubre, y lo absurdo de hacerle esas acusaciones a Cuba. «Es cínico», puntualizó, cuando Cuba, país de paz, es el país agredido.
Lo que está haciendo su secretario de Estado y alguno que otro subsecretario no es diplomacia, es presión con argumentos en los que nadie cree, ni creerá, para alterar la votación sobre la condena a quien agrede a un pueblo pequeño, trabajador, solidario y pacífico, al que provocan dificultades y carencias «que ustedes comparten con nosotros cada día» y tratar de evitar que nuestro pueblo continúe deduciendo que detrás de cada apagón esta la persecución para que no nos llegue combustible y piezas de repuesto para la reparación de plantas termoeléctricas, o la persecución a las compañías navieras o a las aseguradoras y reaseguradoras.
Con este documento, distribuido por el gobierno de EE, UU. en numerosas capitales, pretenden, desde la intimidación, evitar que la comunidad internacional se pronuncie otra vez contra el bloqueo.
No les resultó suficiente con el documento de frases brutales que circularon el 8 de octubre, «parece que no les dio resultado, nadie se lo creyó, nadie se asustó», ironizó el Canciller, por lo que «el día 17 de octubre tuvieron que repetir otras dosis».
Tras ese análisis, el titular cubano de exteriores mostró el otro documento. «Lo tengo aquí, hay que reconocer que es más conciso, pero más mendaz y amenazador», acotó y se da el lujo de mencionar a países soberanos, de América Latina y, curiosamente, un país que está al norte de América del Norte.
Dicho documento habla de que no existe ningún bloqueo contra Cuba, ni nada que le impida establecer interacciones económicas con terceros países. A lo que el canciller preguntó, y qué es la legislación Helms-Burton, extendiendo descaradamente la jurisdicción de las cortes estadounidenses.
La intensidad de esa campaña intenta impedir, presionar el voto, es una tontería peligrosa porque así empiezan acciones agresivas como ha ocurrido en otras partes del mundo y ahora en el Caribe.
Dice también la irrespetuosa y grosera presión sobre terceros país, que Cuba «socava» la paz y la seguridad internacional y agrega: «Los instamos a rechazar esta resolución». Y no han sido solo los funcionarios diplomáticos estadounidenses, pagados por los contribuyentes norteamericanos, sino también está en las plataformas tóxicas, y los congresistas anticubanos que repiten lo que dice el Secretario de Estado, reencarnación de Lester Mallory, como si el bloqueo no tuviera que ver con la energía, el transporte, la producción de alimentos y de medicamentos.
Los legisladores de la Florida tienen papel en esa campaña, y en lugar de trabajar por lo que les pagan y afecta a los contribuyentes, como abrir el gobierno de EE. UU., cuyo cierre está provocando que cientos de miles de sus empleados no estén recibiendo salario, o que respondan a los reclamos en manifestaciones sobre el derecho a la salud o la protección a los inmigrantes, se despliegan a favor del bloqueo a Cuba
Hay cartas amenazadoras y verdaderamente insultantes de esos legisladores a un montón de paises, en las cuales vinculan el voto en la ONU a negocios de compañías privadas con Estados Unidos, una posición de chantaje respecto a las tarifas comerciales y a la exención de visados, como demostró con la lectura de algunos fragmentos, donde enarbolan la gran mentira de del supuesto involucramiento de Cuba en el conflicto en ucraniano.
Y a las claras afirman que si votan a favor de Cuba ayudarán a uno de los aliados más cercanos de Moscú y de Caracas y contra las fuerzas que garantizan libertad y democracia. Serán, dicen, facilitadores de actos ilícitos en el continente americano, referencia al «terrorismo» y «narcotráfico», con que justifican su despliegue militar en el Caribe.
Esas cartas han sido dirigidas a Presidentes, Cancilleres y Embajadores de naciones independientes. Si no le hacen caso a esta diplomacia de cañoneras, existen estatutos, reglamentos y autoridades legales, aplicables. Traducción: si usted no atiende esta carta será objeto de sanciones.
Califica bien el ministro Bruno Rodríguez Parrilla la ansiedad inusual del gobierno de Estados Unidos. Saben que una vez más, quedarán en aislamiento. El mundo, en su inmensa mayoría, votará con la verdad: reclamar el fin del bloqueo a Cuba.
En la poderosa Asamblea General de la ONU, «la verdad va a prevalecer sobre la presión, el chantaje y la calumnia».
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