Es esencial inculcar una cultura de cuidados responsable que tribute al desarrollo social y espiritual de la nación. Autor: Radio Enciclopedia Publicado: 15/10/2024 | 09:04 pm
Con la implementación del Decreto 109, publicado este martes en la edición ordinaria No. 99 de la Gaceta Oficial de la República, el país busca consolidar un Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida en función de garantizar el derecho de las personas a recibir cuidados y el reconocimiento social de quienes asumen estas responsabilidades.
En conferencia de prensa, Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), agradeció poder contar con este Decreto que permitirá dar respuesta a una serie de problemáticas que afrontan en gran medida las cubanas que se ven obligadas en algunos casos a renunciar a sus proyectos de vida para encargarse de estas tareas.
Según reseñó la Agencia Cubana de Noticias, Amarelle Boué destacó el papel protagónico que deberá desempeñar la FMC para la aplicación de estos principios a nivel local, que si bien no resolverán de inmediato dichas brechas, sí brindan un escalón desde lo legal para reducir desigualdades en torno al tema y el reconocimiento social de la labor de los cuidadores, que en muchas ocasiones constituye forma de trabajo no remunerado.
Cuanto se avance en esta dirección será para promover cuestiones contempladas en el Programa Nacional para el Adelanto de la Mujer y corresponderá a la organización la responsabilidad por su cumplimiento y el compromiso de escuchar el sentir de las federadas al respecto, agregó.
Por su parte, Martha Elena Feitó Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social, señaló que el Decreto 109 recoge la visión de país y la voluntad del Gobierno cubano de inculcar una cultura de cuidados responsable que tribute al desarrollo social y espiritual de la nación.
Además, precisó que el sistema propone, a través de un enfoque de derecho, género e intersectorialidad, el propósito de perfeccionar los servicios ya existentes e incrementarlos para elevar con esto la calidad de vida de la población.
Acotó que esta perspectiva parte principalmente del reconocimiento del trabajo no remunerado de las personas que dentro de un núcleo familiar se encargan de estas labores, así como el respeto a sus derechos en un compromiso social dual tanto para con quien requiere los cuidados como para los propios cuidadores.
María Molina Gutiérrez, viceministra de Trabajo y Seguridad Social, enfatizó en que la normativa afronta una serie de retos importantes como son el envejecimiento poblacional, la migración y las condiciones de vulnerabilidad en los núcleos familiares.
Apuntó que ante las dificultades para cubrir la demanda actual de estos servicios por parte de las estructuras existentes resulta necesaria la promoción de conceptos como la autonomía, la transversalidad, la progresividad e intersectorialidad en los cuidados que integran tanto a las instituciones del Estado como a actores no estatales.
Explicó que ya se toman acciones de cara a la implementación de la norma, la cual se medirá en períodos quinquenales mediante indicadores concretos por parte de la Comisión Gubernamental para la Atención a las Dinámicas Demográficas, como organismo encargado de llevar a vías de hecho la legislación.
Magela Romero Almodóvar, coordinadora de la Red de Cuidados en Cuba, calificó de histórico el momento en la construcción de una agenda que retoma conquistas establecidas de la Revolución en la materia, para adaptarlas a los nuevos tiempos.
Con esto se sitúa una vez más el bienestar de las personas en el centro de la política y se da seguimiento a los principios contemplados en la Constitución de la República y el Código de las Familias, añadió.
Durante el encuentro se hizo mención especial a lo logrado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana en lo referente al reconocimiento social de los cuidados y cuanto queda aún por lograr en la sensibilización y visibilización de estas realidades.
Los presentes coincidieron asimismo en la necesidad de abordar la problemática con una mirada integradora y transgresora a los roles de género tradicionales, pues aún constituye una de las principales causas para el abandono laboral y estudiantil en las mujeres, y conjuga una serie de estereotipos sexistas y discriminatorios sin lugar en el proyecto socialista.