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Fidel Castro: legado de solidaridad educativa en Isla de la Juventud

El legado educativo de Fidel Castro en Isla de la Juventud es un ejemplo inspirador de cómo la educación puede ser un vehículo para la paz y la cooperación internacional

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA,  Isla de la Juventud. —  En el marco del aniversario 98 del natalicio del líder histórico de la Revolución cubana, la Sociedad Cultural José Martí en este Municipio Especial invitó a reflexionar sobre el impacto duradero de la educación cubana en el contexto internacional, un legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Lo anterior sucedió durante el taller "Fidel Castro, un proyecto educativo de solidaridad internacional en Isla de la Juventud", evento que no solo recordó su legado, sino que también celebró los vínculos afectivos que se forjaron entre educadores y alumnos de diversas nacionalidades cuya formación, educación e instrucción se desarroll´`o en territorio pinero.

Los asistentes ponderaron que, desde su creación, el proyecto educativo impulsado por Fidel fue y ha sido un faro de esperanza y solidaridad, consolidado en las aulas de la Isla de la Juventud, donde estudiantes de 37 países tuvieron la oportunidad de acceder a una educación de calidad, desde la enseñanza primaria hasta niveles universitarios.

Este esfuerzo no solo ha transformado vidas individuales, sino que ha contribuido a la formación de líderes y profesionales que hoy destacan en sus respectivas naciones.

Las anécdotas compartidas durante el taller desbordaron las emociones personales; los profesores no solo eran educadores, sino figuras paternas y maternas para sus alumnos.

Este vínculo afectivo es un testimonio del compromiso y la dedicación que caracterizan a quienes han trabajado en este proyecto y llevaron la enseñanza más allá de los libros, al cultivar relaciones humanas que trasciendieron (y trascienden) fronteras.

Durante el encuentro,los participantes, la mayoría profesores protagonistas del proyecto, recibieron mensajes provenientes de exalumnos que ahora son prominentes personalidades en sus países, un recordatorio del impacto positivo que la educación puede tener en el mundo y en las relaciones humanas.

Los testimonios relatados, las emociones compartidas, la añoranza y el compromiso expreso en la fidelidad a un proyecto tan humanono solo validan la importancia, relevancia y pertinencia de continuar con este tipo de iniciativas en un contexto global donde la solidaridad y el entendimiento entre naciones son más necesarios que nunca.

La elección de la Finca Agroturística Agua Santa como escenario para este homenaje no fue casual. Este espacio natural, con su impresionante belleza, simboliza la conexión entre la educación y el entorno, contexto que realzó la iniciativa de culminar el taller con la siembra de una Palma Real, acto cargado de simbolismo que representa tanto el crecimiento, la cubanía y la permanencia del legado de Fidel.

El legado educativo de Fidel Castro en Isla de la Juventud y en otras provincias cubanas y otra spartes del mundo, es inspirador y demuestra que la educación puede ser un vehículo para la paz y la cooperación internacional.

Al recordar su visión, estos profesionales de las aulas, no solo honraron la memoria de Fidel, sino que el encuentro devino escenario adecuado para renovar compromiso con el futuro de Cuba y con otras tierras del mundo, proyecto que pondría al alcance de la mano y mediante la solidaridad, la consolidación del amor y el conocimiento como pilares fundamentales para la paz.

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