Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La fuerza moral que dejó El Uvero

Fueron casi tres horas de intenso batallar el de aquellos jóvenes dispuestos y corajudos dirigidos por Fidel, quienes pudieron ocupar decenas de fusiles, armas cortas y miles de proyectiles

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Apenas se asomaba el sol en aquel amanecer del 28 de mayo de 1957. Con esas primeras luces del día resplandecía también el fuego, y el seco sonido de las armas retumbaban en medio del perturbador silencio. Eran los fusiles del joven Ejército Rebelde enfrentando en plena Sierra Maestra, en la localidad costera de El Uvero, un cuartel batistiano protegido por más de 60 soldados.

Fueron casi tres horas de intenso batallar el de aquellos jóvenes dispuestos y corajudos dirigidos por Fidel, quienes pudieron ocupar decenas de fusiles, armas cortas y miles de proyectiles. Las tropas del tirano se desmoralizaron por la derrota y resultó un duro golpe desde el punto de vista político.

El éxito de la batalla influyó decisivamente en la profundización de la conciencia de lucha de las fuerzas rebeldes. Con creces demostró que se podía infligir una importante derrota militar al régimen de Fulgencio Batista y puso de relieve la fuerza moral de la Revolución.

Después de El Uvero fueron otros los combates que se enfrentaron, pero aquel, como dijera el Comandante Ernesto Che Guevara, «marcó la mayoría de edad del Ejército Rebelde».

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