Durante su segunda visita a Guantánamo, el Presidente cubano intercambió con trabajadores de varios centros productivos de la provincia. Autor: Estudios Revolución Publicado: 22/02/2024 | 09:15 pm
¿De qué fibra está hecho el cubano? Se lo pregunta esta reportera cuando es testigo de cómo, en medio de las adversidades más evidentes, sucede muchas veces que el compatriota se resiste a solo hablar de lo malo, y casi por instinto que no por simulación— toma el rumbo de conversar sobre los buenos intentos, sobre los sueños, sobre el atrevimiento y lo que puede hacerse para que Cuba avance.
Ese es el pensamiento nacido de lo visto, en la mañana de este jueves, durante el recorrido del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel
Bermúdez; del miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; y de otras autoridades, por el territorio más oriental del país.
En el municipio de Manuel Tames —pequeño universo seleccionado para el recorrido en la provincia— el primer punto del itinerario fue la Unidad Empresarial de Base (UEB) de igual nombre, perteneciente a la Empresa Provincial de la Construcción.
Allí, donde el plan de edificación de viviendas no pudo cumplirse en 2023, donde han faltado encadenamientos con otras fuerzas productivas, donde hay que incentivar iniciativas y encontrar caminos para cumplir el compromiso que se han trazado —12 casas para el primer semestre de 2024—, el mandatario habló sobre un asunto que trasciende los predios de una UEB y que concierne a la sociedad toda, pues se trata del fenómeno del delito.
Díaz-Canel preguntó sobre el extravío de decenas de bolsas de cemento que estaban en un almacén. Al tanto de detalles en torno a lo sucedido, los responsables y las medidas tomadas, el mandatario enunció que el robo es un fenómeno ante el cual no debe actuarse con permisividad, que no puede verse «como normal». Es un problema, dijo, ante el cual hay que discutir a fondo, ante el cual no se puede ser pasivo.
Sobre las 45 bolsas desaparecidas, el dignatario sacó una cuenta rápida y comentó al Director de la UEB: «Ahí les robaron una vivienda…». Y esa idea dio pie a otras tan importantes como la necesidad de no solo hacer las cosas, sino hacerlas con calidad. La chapucería —ese mal que nos persigue como una maldición gitana— es de las deficiencias razonó el mandatario— que deben eliminarse.
Como no hay nada más saludable que la verdad, el ánimo en la conversación llevó a abordar otras aristas, entre ellas el esfuerzo que allí se hace para el autoconsumo y por, en una lucha contra el tiempo, enfrentar la adversa situación habitacional del municipio. En un encuentro que no lastró espíritus, Díaz-Canel recordó el valor de aspirar a casas «bien hechas, con piso, con el baño de placa; viviendas bonitas y confortables».
Ese empeño por soñar lo mejor a pesar de todo se apreció con total nitidez en el segundo punto de la visita: el central azucarero Argeo Martínez, cuya zafra arrancó este año despertando esperanzas de cumplir con un plan de más de 8 200 toneladas —no se ha llegado a la meta de cumplir planes desde 2015—, y que va por más de 1 700 logradas. Allí, reflexionó el Jefe de Estado, no es que no vayan a conseguirlo, pero desde ahora se hace imprescindible organizar bien la estrategia «de la zafra para poder cumplir».
Leonides Peña Rivera, director de la empresa azucarera, ofrecía múltiples datos en un intercambio donde el mandatario hablaba sobre la importancia de velar por el rendimiento industrial, de barrer con la caña vieja que va quedando, de garantizar la caña necesaria, de producir azúcar y comida —que impactan directamente en el bienestar de la población.
El director del ingenio contaba con admirable entusiasmo sobre la tradición del corte a mano; sobre empeños productivos; sobre encadenamiento con la ciencia, hechos pensando en la población diabética; sobre la creación de un frente único en la preparación de la tierra; y sobre un círculo infantil que ya va por el 70 por ciento en el curso de su ejecución y que será de indudable beneficio para las familias de la zona.
Telúrico fue el encuentro con los pobladores a la salida del restaurante El Jamaicano, espacio donde el Presidente había asegurado que las cosas pueden hacerse mejor, creativamente, porque el pueblo se lo merece, y porque es posible aprovechar muchas prerrogativas y oportunidades.
«Vamos a salir adelante, pero tenemos que trabajar y producir», dijo Díaz-Canel en reunión con autoridades municipales. Y hay que mirarse por dentro, sin triunfalismos, planteó Morales Ojeda. Y pensar, al decir del dignatario, en cómo convertir a la Mayor de las Antillas en un verdadero taller de la resistencia y de la creación.
Cuando uno ve el corazón mismo de la resistencia cubana, al pueblo hecho de gente de alma cristalina y humilde, a gente que asegura que «juntos podemos más», a gente que sonríe y que no se rinde, entonces vuelve a la pregunta hermosa que suena como un campanazo en los días que corren: ¿De qué fibra estamos hechos?
En Palma Soriano
Después de visitar el territorio de Manuel Tames, el Presidente cubano, junto a Morales Ojeda, llegó hasta el municipio santiaguero de Palma Soriano, donde recorrió varias entidades económicas, según reportó la cuenta de la Presidencia en Cuba en la red social X.
En tal sentido, visitó el polo productivo 7 de Noviembre, perteneciente a la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Victoria de Girón, un lugar durante años invadido de marabú y que hoy presenta una situación muy diferente.
Aquí se han sembrado de cultivos varios 144 hectáreas y solo restan diez por sembrar. Este es el camino, reconoció el Jefe de Estado.
Según reseñó el sitio web de la televisión santiaguera, en intercambio con Carlos Vega, jefe de producción de la CPA, el mandatario cubano se interesó por la fuerza productiva, condiciones laborales, el pago a los productores, y exhortó a seguir trabajando en la producción de alimentos e involucrar al pueblo en la participación en trabajos productivos, como vía esencial para reimpulsar la economía y corregir distorsiones.
Ambos dirigentes del Partido recorrieron también la Empresa Logística de la Industria Azucarera (Azumat) y ZETI, cuyos perfiles son los servicios técnicos industriales. En ambos lugares intercambiaron con directivos y trabajadores sobre las amplias potencialidades de las entidades.
En Azumat se comprobaron los aseguramientos materiales de partes y piezas, muchos fruto del encadenamiento con la industria nacional, para
garantizar la campaña. Con una Red de 40 almacenes brinda cobertura material a las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, y se verificó presencia en su inventario de insumos de cobertura nacional, como lubricantes y vestuarios.
El recorrido llegó también hasta el central azucarero Dos Ríos, el único que actualmente está moliendo en la provincia. Desde 2010 allí no cumplen el plan de zafra. Para este año deben entregar unas 18 000 toneladas y, aun cuando tienen atrasos, no renuncian a cumplirlo.