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Las casitas infantiles hechas por la CNA La Esperanza tienen mucha aceptación entre los infantes de las primeras edades. Autor: Cortesía de los entrevistados Publicado: 08/11/2023 | 10:58 pm
FOMENTO, Sancti Spíritus.— Empotrado en el histórico Escambray, en uno de los municipios montañosos de esta provincia, dos formas de gestión económica no estatal ofrecen significativos aportes al país. Ambos laboran con un impacto ambiental al reciclar los desechos plásticos.
Los une, además, la constancia en el trabajo y el haber extendido sus producciones más allá de la geografía de Fomento. Sabe bien de esto último, la Cooperativa No Agropecuaria (CNA) La Esperanza, que nació en julio de 2014 con 10 socios y ya tiene 41.
«En los primeros tiempos se dedicó a la confección de mangueras plásticas —explica Huberlín Zayas, su presidente—. Pero, poco a poco incursionó en otros tipos de producciones y, en 2021 comenzamos con la fabricación de muebles plásticos».
Una primera máquina hecha por el ingenio de un fomentense fue la luz. Hoy ya suman otras. De plástico reciclado a producciones duraderas y con buena estética resulta el sello de la CNA fomentense.
«Actualmente hacemos juegos de comedor y sala, mobiliario para las denominadas casitas infantiles —variante educativa para la primera infancia—, así como las jaulas para la captura de langostas, que es un rubro exportable del país».
Clientes como Morro-Cabaña y la Villa Panamericana, en La Habana; la cadena hotelera Islazul y los Iberostar de Varadero, Ciénaga de Zapata, Cayo Coco y Guardalavaca pueden dar fe de la calidad de todas sus producciones hechas con plástico.
También, los alumnos de varios centros educativos de Fomento y vecinos pinareños de la comunidad pesquera La Coloma afectados por el huracán Ian. En esos lugares recibieron varias de sus producciones como muestra de solidaridad.
«En el caso del municipio cabecera de Sancti Spíritus han vendido sus surtidos a nuevas formas de gestión no estatal. Nos solicitan mobiliarios para paladares, restaurantes privados y cafeterías, así como para centros estatales».
Una de sus líneas de mayor demanda resulta las llamadas casitas cubanas, utilizadas para la captura de la langosta.
«En coordinación con Propes, empresa proveedora de la pesca de la Industria Alimentaria, desde el 2022 tenemos un contrato de suministro permanente. Se asemejan al hábitat de esas especies y como son de plástico se ahorra el acero en sus confecciones. Ese método de captura es muy empleado en varias zonas pesqueras del país y del Caribe», explica.
Calidad, confort y buen gusto prestigian las producciones de la CNA fomentense.
Para acceder al plástico reciclado los socios de la CNA La Esperanza tocan las puertas de varios puntos del país. Fundamentalmente, encuentran la materia prima en Pinar del Río, Artemisa y La Habana.
«También, en todas las empresas de recuperación de materias primas y con trabajadores por cuenta propia (TCP) que se dedican a su recogida en Camajuaní, Caibarién, Placetas y el propio Fomento».
Alina Díaz, secretaria de la asamblea general de socios de la CNA La Esperanza, insiste en que para ese colectivo el intercambio con sus semejantes ha sido esencial para crecer y perfeccionar sus producciones.
«Participamos desde 2019 en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), en eventos regionales y de emprendimiento de negocios, en la Feria Internacional Exposur y en la segunda Feria de desarrollo local en La Habana este año. Además, formamos parte de la Red Latinoamericana de Cooperativismo y nuestros productos se expusieron recientemente en Santo Domingo, República Dominicana», concluyó.
Del monte a las dunas
Cuando un grupo de emprendedores fomentenses se unieron como TCP para crear Ecomadera Cubana, no imaginaron que poco tiempo después se convertirían en una mipyme reconocida en el país por la fabricación de la llamada madera plástica, a partir del reciclaje, y con su correspondiente impacto ambiental.
«Hemos servido alrededor de 1 300 toneladas de madera plástica ya conformada a nuestro cliente principal: el turismo», se presenta Yoel Torres, su gerente general.
Se encarga, sobre todo, de las pasarelas, consideradas su principal producto, aunque hacen desde quioscos, puntos de venta hasta sombrillas de playa.
«Trabajamos con un enfoque ambiental al reciclar los desechos plásticos, lo que representa —en un período de dos años— un equivalente a dejar de talar 16 820 árboles, así como se han recuperado y procesado 1 682 toneladas de plástico. Hemos dejado de emitir 2 523 toneladas de CO2 al medio ambiente».
Las pasarelas son consideradas el principal producto de Ecomadera Cubana.
Con esa experiencia en su currículo y presente sus producciones en Varadero; los cayos del norte de Pinar del Río; Playa Ancón y Lomas de Banao, en Sancti Spíritus, Cayo Coco y Santiago de Cuba, tienen en agenda exportar 500 toneladas de dicha «madera» a República Dominicana, lo cual sería la segunda exportación, mientras que en la primera fueron 24 las toneladas enviadas a ese país.
Alianzas vitales
A fin de ampliar las producciones y aligerar el peso de algunas de las propuestas que llevan al mercado, la CNA La Esperanza y Ecomadera Cubana decidieron realizar alianzas.
«Las producciones de madera plástica de la CNA están insertadas en la mencionada exportación», informó Yoel Torres.
Ambos proyectos coinciden en que el camino hasta aquí no ha sido fácil. Pero, las dificultades con el acceso a la materia prima y las trabas burocráticas, más que amilanar a esos colectivos fomentenses, los han enseñado a afincarse en el mercado nacional y también fuera de fronteras.
