Nuestro país vivirá este domingo otra jornada de tributo y evocación con la que demostrará, que fiel a su historia, continúa con sus mártires en el recuerdo. Precisamente, hoy se conmemora el Día de los Mártires de la Revolución Cubana, en coincidencia con el asesinato de Frank País García y Raúl Pujols Arencibia, en 1957.
A ellos y a todos los que ofrendaron sus vidas por conquistar la libertad, rendirá especial homenaje la ciudad de Santiago de Cuba, en una de sus más entrañables tradiciones. Como es habitual, el tributo se iniciará en el Callejón del Muro, el sitio que vio caer al Jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, con solo 22 años, y su leal compañero.
Hasta allí acudirán los combatientes clandestinos de entonces, junto a los nuevos y las autoridades para evocar su legado. Más tarde, en la Placita de los Mártires, la emblemática Placita de Santo Tomás, que supo de los pasos conspiradores de aquellos jóvenes, se les depositarán flores y los noveles ratificarán el compromiso con su ejemplo.
Al final de la tarde, el Santiago heroico y orgulloso de su ayer volverá a las calles, en peregrinación hasta el cementerio Santa Ifigenia, y con las banderas en manos de las nuevas generaciones, para reeditar la multitudinaria manifestación en que se convirtió el entierro de los dos revolucionarios hace 66 años.
Según trascendió aquí unos 18 bloques de los sindicatos santiagueros, en representación de todos los sectores de la sociedad, encabezados por pioneros y jóvenes, partirán desde las cercanías del parque Céspedes, y entre consignas y pétalos de rosa, a lo largo de 14 cuadras completas, demostrarán que la sangre generosa de los caídos sigue inspirando las batallas de hoy.
Ya en la necrópolis, ofrendas florales a nombre de todos los cubanos serán depositadas ante las tumbas de la familia País García, de Raúl Pujols y de otros mártires de la clandestinidad, y se honrará igualmente a René Ramos Latour, el Comandante Daniel, quien sustituyó a Frank tras su caída y cayó en combate también un 30 de julio, exactamente un año después, en la Sierra Maestra.