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Juventud y arrojo en el combate

Se cumplen hoy 65 años de la caída en combate del capitán Ciro Redondo García, ascendido póstumamente a Comandante y cuyo nombre honrara la columna 8 bajo el mando del Che

Autor:

Juventud Rebelde

El 29 de noviembre de 1957, cuando el Ejército Rebelde casi concluía el primer año de guerra en la Sierra Maestra, cayó en combate el capitán Ciro Redondo García, en la zona de Mar Verde, frente a una de las tropas más agresivas y sanguinarias con que contaba la tiranía.

En carta a Fidel, relatándole los hechos, el Comandante Ernesto Che Guevara narraba que Ciro murió heroicamente al frente de sus hombres, cuando trataba de forzar las líneas enemigas. A propuesta del propio Che, el Comandante en Jefe lo ascendería póstumamente al grado de Comandante del Ejército Rebelde.

Nacido en Artemisa, Ciro Redondo García estuvo entre los cubanos menores de 30 años que siguieron a Fidel Castro en el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, para acabar con la tiranía de Fulgencio Batista e impedir que el asesinato siguiera siendo un criminal oficio.

Él —como el joven abogado Fidel y sus compañeros— también fue juzgado y encarcelado; creían los opresores que así se arrepentirían de seguir el legado de José Martí. Encerrado en el mal llamado Presidio Modelo, en la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud), Ciro pensó también en el futuro, se preparó para pelear por la libertad más adelante y un día pudo salir del castigo con la frente en alto, sin haber pedido perdón a ningún tirano.

Inmediatamente después de ser liberado, Ciro se exilió en México, donde integró el grupo del Movimiento 26 de Julio que se entrenó militarmente para formar el primer contingente guerrillero con el fin de derrocar a Batista.

El 2 de diciembre de 1956 fue uno de los 82 hombres que se embarcaron en el yate Granma en un puerto de México para desembarcar en Cuba y abrir un frente guerrillero poderoso. Se halló entre los combatientes que lograron sobrevivir o no ser detenidos en la sorpresa de Alegría de Pío y se instaló en la Sierra Maestra, con el núcleo inicial del Ejército Rebelde.

Redondo participó en los combates de La Plata, Arroyo del Infierno, Alto de Espinosa, El Uvero, El Hombrito, y otros. Debido a su valor y a sus condiciones de mando alcanzó el grado de capitán. Tras su muerte, cuando se organizó la columna ocho al mando del Che Guevara con la misión de dirigirse hacia Las Villas, se le puso a esa fuerza su nombre: Ciro Redondo.

Sus restos mortales se preservan en el Mausoleo de los Mártires de Artemisa. En el aniversario 50 de su caída en combate el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez expresó: «Los que conocimos su seriedad, su disciplina, su valor, no tenemos duda de que Ciro, como lo fue en la guerra, habría sido igualmente un cuadro fundamental en cualquiera de los frentes de la Revolución y de la lucha contra el imperio, después del Primero de Enero».

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