Fidel en la clausura del 1er Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes donde se funda la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC), el 4 de abril de 1962. Autor: Tomada del sitio web Fidel soldado de las ideas Publicado: 30/03/2022 | 11:33 pm
El largo tren retumbaba con los cantos y alegría de los jóvenes rebeldes que se sumaban a la fiesta en los municipios escogidos en la ruta del largo viaje hasta La Habana, donde nadie sintió cansancio imbuidos en el orgullo de ser parte del Primer Congreso de su organización.
Era el 29 de marzo de 1962, hace 60 años. Recordábamos emocionados que atrás habían quedado la Campaña de Alfabetización, la invasión mercenaria a Playa Girón y la victoria revolucionaria, la movilización de los jóvenes de todos los sectores, y tantas tareas cumplidas desde el 1ro. de enero de 1959.
Los jóvenes rebeldes de todo el país llevábamos más de dos meses haciendo múltiples actividades para recaudar los fondos que requería autofinanciar la celebración del primer congreso de la organización, y lo habíamos logrado.
Para muchos de los 596 delegados de las seis provincias de entonces era su primera visita a la capital cubana. De ellos, 295 eran obreros, 118 campesinos y 183 estudiantes. Muchos delegados aún no cumplíamos los 16 años, pero llevábamos ya varios como dirigentes juveniles en los centros y territorios.
Participaban también 42 delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y 35 de la Dirección Nacional de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) encabezada por el más joven comandante del Ejército Rebelde, Joel Iglesias Leyva (fallecido en 2011), ascendido a ese cargo a los 17 años luego de combatir en la Sierra Maestra desde los 14 e integrar la columna invasora al mando del Comandante Ernesto Che Guevara, donde resultó herido en combate. Participaron del Congreso, además, 52 invitados extranjeros y 180 delegados fraternales. Estaba allí representada la juventud de la Sierra y el llano, los maestros voluntarios, alfabetizadores, los «Cinco Picos» —llamados así por subir cinco veces el Pico Turquino—, milicianos de la Lucha contra Bandidos en el Escambray y combatientes de Girón, todos rebosantes de ideales y sueños.
La inauguración se hizo en el Teatro Blanquita, actual Karl Marx, con el lema «A construir y defender la Patria socialista», y las palabras de apertura las pronunció el entonces Presidente de la República, Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, ante un auditorio de jóvenes conscientes de que hacían historia.
Las sesiones de trabajo comenzaron en el salón Libertad del Hotel Nacional con las palabras del Presidente de la AJR, Comandante Joel Iglesias, quien dio lectura al informe del trabajo de la organización desde su fundación por el líder de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro, y el Comandante Che Guevara.
De inmediato se trabajó con gran intensidad en diez comisiones, ubicadas en áreas con largas mesas, las que abordaron la producción agropecuaria y la industrial, la vida de los estudiantes secundarios y universitarios, el deporte, el trabajo con los niños, la cultura, el funcionamiento orgánico, la propaganda e instrucción revolucionaria, y se aprobaron finalmente 13 resoluciones.
El resultado más importante del Congreso fue la adopción del nombre de Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), organización de carácter marxista–leninista, la aprobación de sus primeros Estatutos como la organización juvenil del entonces Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, aunque sería orgánicamente independiente y estaría dirigida por los propios jóvenes.
La UJC se definió como comunista por sus objetivos, educativa por sus métodos, clasista por su naturaleza, y orgánicamente independiente, con una estructura territorial con niveles de dirección desde el Congreso y el Comité Nacional hasta las provincias, las entonces regiones, municipios, seccionales, y teniendo como estructura fundamental a los comités de base.
Su clausura el 4 de abril de 1962 en el Estadio Latinoamericano resumió en las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro la misión de la UJC, cuando convocó a creer en la juventud cubana con tanta fuerza y llamado a la acción, que ha mantenido e incrementado su vigencia en estos 60 años.
«Creer en la juventud, afirmó Fidel, es ver en la juventud la mejor materia prima de la Patria, de la Revolución; creer en la juventud es mirar todo lo que nuestra juventud puede hacer, es ver en esa juventud los dignos continuadores de la obra revolucionaria, es ver en la juventud a mejores continuadores o constructores de la obra revolucionaria, mejores todavía que nosotros mismos».
Y agregaba: «La función de la organización es formar jóvenes que tengan una actitud comunista ante la sociedad y ante la vida, formar jóvenes que han de vivir en una sociedad nueva, en una sociedad distinta, la misión es formar jóvenes capaces de construir esa sociedad y de vivir en esa sociedad».
Ese gran desafío resonaba al regreso a sus provincias en el tren en los oídos de los delegados y, seguramente también en cientos de miles de jóvenes enfrascados ya en llevar a la práctica las ideas de Fidel. A 60 años de ese momento muchas victorias han ratificado su confianza en los jóvenes, muchas victorias por venir garantizarán la continuidad de la Revolución y, por grandes que sean los nuevos desafíos, los jóvenes siempre estarán a la vanguardia, en la primera fila de combate, decididos a construir y defender la patria socialista.