Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Autor: Juventud Rebelde Publicado: 15/05/2018 | 09:17 pm
En el Día Mundial de la Alimentación 2020, Cuba tiene mucho que celebrar, y aunque afronta diversos desafíos, hay que reconocer que al país no le falta rumbo, liderazgo y voluntad política. El gobierno cubano, encabezado por el presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha impulsado una agenda de transformaciones y perfeccionamiento en materia de abastecimiento y sistemas alimentarios incluyentes.
El 22 de julio de este año fue aprobado por el Consejo de Ministros el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, primero de su tipo en la historia de la isla y que tiene entre sus propósitos integrar esfuerzos para disminuir la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos, consolidar los sistemas alimentarios locales, y movilizar los sistemas educacionales, de la cultura y de la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional.
Bajo el liderazgo del Ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, y con el acompañamiento de la FAO en el proceso de formulación, el Plan SAN se construyó en el tiempo récord de un año, con la participación de 22 ministerios, 11 grupos empresariales, 25 entidades de ciencia, tecnología e innovación, 10 organizaciones de la sociedad civil y cinco organismos internacionales.
Ahora Cuba llevará el Plan a los territorios como parte de un amplio proceso participativo, mientras un equipo integrado por juristas de alta experiencia del país, coordinado por la Dirección Jurídica y la Oficina del Plan SAN del MINAG, trabaja de manera intensa en la construcción del Marco Legal Regulatorio de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.
En un país que cuenta con una sólida articulación de políticas públicas que fortalecen la seguridad alimentaria de su pueblo, estas acciones concretarán en la práctica los artículos 77 y 78 de la nueva Constitución de la República, que reconocen el derecho humano a la alimentación para cada cubana y cubano.
Según datos del último Informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI, 2020), la prevalencia de la subalimentación en la población total de Cuba continúa comportándose inferior al 2.5 por ciento, a pesar de sus limitaciones económicas y del impacto de eventos climáticos. En el taller Presentación de la metodología y resultados de la Hoja de Balance de alimentos 2018, celebrado el 13 de diciembre de 2019 en Oficina Nacional de Estadísticas e Información,la disponibilidad total de alimentos en el país se estimaba en un promedio diario de 3141 kcalper cápita, lo que posiciona a la isla como uno de los países del mundo donde no existe el hambre.
Pero la isla debe invertir alrededor de 2000 millones de dólares en la importación de alimentos, según datos del Anuario Estadístico de Cuba del 2018.
Ante el complejo escenario actual, las autoridades apuestan por la producción local de alimentos como asunto esencial para el desarrollo y llaman a acelerar iniciativas que permitan impulsarla.
Tres temas centrales de la agenda del Plan SAN han sido posicionados por el presidente Díaz-Canel en el país: la necesidad de poner el conocimiento y la ciencia al servicio de la producción de alimentos, de promover la intersectorialidad como condición esencial para lograr soberanía alimentaria y la educación nutricional; así como la importancia de fortalecer la estrategia de desarrollo territorial, descentralizando y dando mayor autonomía a los municipios, como eslabón indispensable para el avance de la nación.
Unido al gran desafío de la soberanía alimentaria, otro problema con el que convive Cuba, y que resulta un fenómeno también global, es el aumento de la obesidad. De acuerdo con el informe SOFI 2020, este país caribeño registra una prevalencia de obesidad en la población adulta de 24, 6 por ciento. Esto responde al predominio de una dieta alimentaria extremamente alta en calorías, basada en el consumo de grasas, carbohidratos y azucares, y constituye un agravante, sumado a hábitos de vida sedentarios y el incremento de enfermedades cardiovasculares, renales, respiratorias, más otras patologías crónicas no transmisibles derivadas de las malas prácticas culinarias.
En este contexto, el hecho de que el Plan SAN tenga como uno de sus ejes estratégicos contribuir desde la educación, la comunicación y la cultura al logro de una alimentación saludable resulta extremadamente importante, pues muchas razones hacen necesaria una transformación de los hábitos nutricionales de la sociedad cubana hacia estilos de vida saludables, de la mano de la expansión de una agricultura diversificada que lleve mayor número de alimentos frescos y nutritivos a la mesa de los consumidores,
Cuando la COVID-19 ha impactado de manera negativa los sistemas alimentarios del mundo y proyecciones de la FAO alertan que otras 130 millones de personas podrían pasar hambre a consecuencia de la pandemia, llega un nuevo Día Mundial de la Alimentación, y este año nos llama a “Cultivar, nutrir, preservar. Juntos”, porque “nuestras acciones son nuestro futuro”.
Para Cuba, esta será una oportunidad para festejar que en el país no hay hambre, pero también para unirnos frente a desafíos comunes.
Promover la integración entre la estrategia de desarrollo territorial municipal y el logro de sistemas alimentarios locales sostenibles y soberanos, consolidar circuitos más cortos de producción y consumo, aplicar de manera más efectiva la ciencia y la innovación en la producción de alimentos, multiplicar las estrategias de educación nutricional y disminuir el sobrepeso y la obesidad, son algunos de los más notables retos que tiene por delante el país.
Frente a ellos, ratificamos que Cuba podrá seguir contando con la FAO y con el Sistema de las Naciones Unidas, para acompañar sus esfuerzos en materia de seguridad alimentaria y nutricional.