EL agua subió esta vez hasta lugares que nunca antes habían visto los pobladores más viejos de la zona. Autor: Periódico Girón Publicado: 14/06/2018 | 10:08 pm
Ciénaga de Zapata, Matanzas.— Si bien recuerdan que en 1968 ocurrió algo parecido, los más viejos habitantes de esta geografía pantanosa afirman que lo que ha pasado aquí en los últimos 14 días no tiene precedentes. «Ha sido asombroso esto. El agua ha llegado a donde nunca la habíamos visto antes. Uno lo cuenta y la gente no nos cree», comentó sorprendida una cenaguera septuagenaria, ya curtida por el sol y el tiempo, quien estuvo entre los más de 3 000 pobladores de la zona que se vieron obligados a subir hasta las camas en su casa, recoger una mudas de ropas y poco más, y partir hacia un hogar de familiares o alguna institución estatal, para permanecer a buen resguardo.
En medio de nuestra ansiedad y toda la desesperación que supone ver «las cosas de uno» en peligro, no pocos nativos han estado al tanto de la subida del nivel milímetro a milímetro, así como de la bajada.
Durante 14 días estuvieron inundados los poblados cenagueros de Cayo Ramona, El Helechal, La Ceiba, Bermeja, El Rincón y San Blas, y la carretera de Pálpite a Boca de Guamá, tras las persistentes lluvias asociadas a la tormenta subtropical Alberto en la zona occidental y central del país, y el natural escurrimiento de varios municipios de Matanzas y de las provincias de Cienfuegos y Villa Clara hacia esta región, en la que habitan más de mil especies de plantas con buen grado de endemismo, y una representación de todos los grupos de la fauna, especialmente de reptiles, aves y anfibios.
La Ciénaga se inunda
La ciénaga se caracteriza porque, además de recibir lluvias directamente, se nutre de las que provienen del escurrimiento de las zonas de alimentación de toda la vertiente centro sur de la provincia de Matanzas, y parte de Cienfuegos y Villa Clara.
Reinaldo Fuentes Sardiñas, director provincial de la Empresa de Investigaciones y Proyectos Hidráulicos, precisó que a la Ciénaga de Zapata drena, sobre todo a la parte oriental, toda la cuenca del río Hanábana, que en la concepción inicial llevaba tres presas en cascadas, La Voladora, Hanábana 1 y Hanábana 2, y solo se construyó La Voladora, que esta vez ayudó junto a la derribadora Hanábana, a sortear el paso de este evento meteorológico y sus intensas lluvias.
Sostuvo Fuentes Sardiñas que se ha revisado con sistematicidad la situación de drenaje que presenta toda el área, pero insiste en que hay un grupo de obras en las cuales urge trabajar, principalmente en el canal de Soplillar, encargado de sacar todo el desagüe de la Ciénaga, pues «hay objetos de obra de los años 60 que quedaron inconclusos en la parte oriental de la zona», reconoció.
Fuentes Sardiñas precisó que se inició el período húmedo con los niveles del manto subterráneo saturados, por lo que se ha tenido que adoptar con las presas la estrategia de ponerlas a aliviar para que tengan capacidad de embalse ante nuevas lluvias. En estos momentos la presa La Voladora está cerrada, para dar tiempo a que la ciénaga termine de drenar.
El especialista aprecia que, aunque las obras de drenaje respondieron bien en sentido general ante el fenómeno, «también pudo haber faltado mantenimiento y limpieza en algunos lugares, y no deja de estar presente el desconocimiento, el abandono y la desfachatez de quienes en períodos de seca comienzan a realizar tranques ilegales en los canales de drenaje, y después nadie se acuerda de retirarlos cuando llegan las intensas lluvias».
Comentó que en la Ciénaga, específicamente, es posible que haya que trabajar en la mejora y limpieza del canal de Soplillar y en la reconstrucción de algunos diques.
Pero si por un lado es lamentable que las inundaciones provoquen daños a las personas y sus asentamientos, el almacenamiento de agua es bueno en la Ciénaga, pues en el período seco ocurren incendios forestales y todo esto ayuda a enfrentar en mejores condiciones esta etapa del año.
Sin daños para el ecosistema
Jorge Luis Jiménez Hernández, al frente del Citma en la Ciénaga de Zapata, consideró que al estar en presencia de un humedal, que depende del agua, las lluvias de los últimos días no han ocasionado daños.
«Es cierto que hacía años que no se llenaba la Ciénaga como ahora. Es complejo de afrontar el daño a las personas y sus pertenencias, y también a las actividades del turismo. Pero no se pueden negar los beneficios», apuntó.
Al preguntársele sobre la situación del cocodrilo cubano, Jiménez Hernández señaló que es posible que muchos ejemplares se hayan desplazado, favorecidos por la inundación; «ellos tenían una distribución que cubría toda la Ciénaga y el hombre con su actuación los ha hecho trasladarse», indicó.
El experto en el medio ambiente aportó un elemento de carácter socioeconómico a tener en cuenta: «Aquí se han construido carreteras, caminos y muchas construcciones civiles que han modificado el régimen natural del escurrimiento, lo que retarda la salida del agua»
Alertó que cuando vengan otras lluvias, aunque no sean intensas, como la ciénaga ya está saturada, podría volver a anegarse en cualquier momento.
No obstante, dijo que es motivo de alegría para los defensores de este ecosistema que el humedal esté lleno de agua.
En la Ciénaga de Zapata aún permanecían este jueves 50 personas evacuadas y cerca de 70 viviendas inundadas en Cayo Ramona
CIÉNAGA DE ZAPATA, Matanzas.— Realizar estudios e investigaciones para que lo ocurrido en este singular paraje de la geografía cubana y en la provincia de Matanzas no se repita, fue una de las recomendaciones del Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, durante un recorrido este jueves por zonas afectadas con las lluvias y los escurrimientos de las últimas dos semanas aquí.
Como consecuencia de la abundancia repentina de las aguas en los poblados de El Helechal, El Rincón, Cayo Ramona, Bermeja y San Blas, y la carretera de Pálpite a Boca de Guamá, tuvieron que ser trasladados más de 3 000 cenagueros a centros estatales y casas de familiares. Todavía este jueves quedaban 50 personas evacuadas y cerca de 70 viviendas inundadas en Cayo Ramona.
Al evaluar las tareas de la recuperación, Valdés Mesa expresó satisfacción por la prontitud con que actuó el Consejo de Defensa Municipal, en un intercambio en el que se le brindó una pormenorizada información de lo acontecido, y en el cual el Primer Vicepresidente cubano se interesó por el reinicio del curso escolar en el territorio.
El miembro del Buró Político dijo que en estos momentos es vital la vigilancia higiénica y sanitaria y elogió la disciplina con que se acometen todas esas tareas.
Acompañado por Teresa Rojas Monzón, primera secretaria del Partido en la provincia, y Tania León Silveira, presidenta del Gobierno en tierra matancera, Valdés Mesa visitó especialmente el complejo turístico Boca de Guamá, el Centro de Gestión de Riesgos en Playa Larga y el poblado de Cayo Ramona.