Trigésimo séptimo periodo de sesiones de la CEPAL Autor: Estudios Revolución Publicado: 08/05/2018 | 09:14 pm
CUBA recibió este martes la conducción por dos años de la Cepal en ceremonia donde el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, expresó el compromiso de su país con la integración, y destacó la importancia de la paz para el desarrollo, así como de la complementariedad y la cooperación.
La jornada abrió el 37mo. período de sesiones de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe, instancia de la ONU que cumple 70 años.
El titular de Naciones Unidas, António Guterres, y la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, encabezaron con Díaz-Canel la apertura de las sesiones, en la que México, nación que condujo la Comisión durante el último bienio, estuvo representado por el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, quien expresó la satisfacción de su país al desempeñar ese rol, y la confianza en que Cuba «aportará talento, compromiso y liderazgo» a la institución.
La alegría y el cariño de los niños de la agrupación cubana La Colmenita dio arrancada a la ceremonia con una presentación que evocó a personalidades destacadas en la vida de la Cepal, los principios de la institución, y felicitó a Bárcena por su ejecutoria el frente de la misma: una salutación que la funcionaria recibió visiblemente emocionada. Así lo confirmaría ella misma después.
De la cultura del privilegio a la de la igualdad
Como el período de sesiones más importante de la Cepal caracterizó Alicia Bárcena al que se abrió este lunes en La Habana, donde, anunció, la institución rendirá cuenta del trabajo realizado y revisará los nuevos escenarios que plantea la cooperación Sur-Sur, en un contexto que consideró de necesaria redefinición de la cooperación internacional.
Bárcena recordó que a partir de 2010, la CEPAL ha posicionado a la igualdad como un valor fundamental del desarrollo y como un principio ético irreductible, en sincronía con la creciente relevancia del tema en las demandas ciudadanas.
Hemos dicho que la igualdad está en el centro del desarrollo, recordó, y aseveró que en esta cita se da un paso más en esa dirección con propuestas de políticas expresadas en el documento La ineficiencia de la desigualdad, que se presentará en las próximas jornadas.
En él afirmamos que la desigualdad no solo es injusta sino que es ineficiente e insostenible, adelantó. Ineficiente, porque genera y sustenta instituciones que no promueven la productividad ni la innovación, al premiar o castigar la pertenencia de clase, etnia, o género; y porque genera una cultura de privilegio que refuerza estas desigualdades, las incorpora a las relaciones sociales como algo aceptable y natural y las reproduce en el tiempo.
Por otro lado, la discriminación cierra oportunidades que también representan trayectorias de aprendizaje y de innovación favorables a la productividad.
Los costos de las instituciones excluyentes son muchos, señaló.
Apostamos por un nuevo régimen de bienestar, aseveró, y abogó por una macroeconomía que preserve la estabilidad real y la financiera, a lo cual debe sumarse, dijo, la lucha contra la corrupción. Señaló asimismo la necesidad de que crezcan las tasas de inversión en los países de la región.
Bárcena citó las proyecciones de crecimiento regional para este año de 2,2 por ciento, y consideró que la integración de ese entorno, siendo aún muy insuficiente, resulta más urgente y necesaria que nunca.
Apuntó también que la nuestra sigue siendo, no obstante, la región más desigual del mundo. Su riqueza en recursos naturales y en capacidades humanas sigue sin traducirse en una vida digna para la mayoría de nuestros habitantes. De ellos, ilustró, más de 187 millones de personas aún seguían viviendo en la pobreza en 2017, y 62 millones vivían en la pobreza extrema.
Por todo ello resulta apremiante que la ruta civilizatoria que entraña la Agenda 2030 tenga a la igualdad en el centro, con una identidad y domicilio en América Latina y el Caribe.
Que desde nuestra historia, desde nuestra rica diversidad, desde nuestras esperanzas compartidas, y desafíos comunes, le demos rostro propio, y le imprimamos las urgencias que nuestra realidad reclama, señaló Bárcena.
«Este país que hoy nos acoge, y es justo subrayarlo, ensaya caminos propios de cara a los brutales costos humanos que ha supuesto durante más de 50 años la imposición de un bloqueo injusto. Nosotros lo evaluamos cada año, como Comisión Económica, y sabemos que este bloqueo le cuesta al pueblo cubano ya más de 130 000 millones de dólares, a precios corrientes, y que ha dejado una huella indeleble en su estructura económica», destacó sobre Cuba.
Por una globalización equitativa
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, calificó a la Cepal como «paladín progresista y voz autorizada de la justicia social en la economía mundial» y reconoció su papel «precursor en la integración de las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo».
«La Cepal ha promovido con constancia y valentía una visión del desarrollo que considera la igualdad como motor impulsor del crecimiento», dijo.
Ustedes se han centrado en un significado más profundo de la igualdad; han puesto la mirada más allá de los ingresos como medida del bienestar y prueba decisiva de la cooperación para el desarrollo, agregó Guterres, quien destacó la atención brindada por la Cepal «a la igualdad de derechos en su sentido más amplio: la igualdad económica, social y política».
El titular de la ONU consideró esos enfoques como «más necesarios que nunca antes atendiendo a los desafíos que encara hoy el mundo».
Y dijo que, aunque la globalización ha reportado numerosos beneficios, «hay demasiadas personas que se han quedado atrás».
Citó a las mujeres y sus menores posibilidades de participar en el mercado laboral junto a la desigualdad salarial por razón de género como una preocupación mundial mantenida, así como el desempleo juvenil, con «niveles alarmantes».
«Las desigualdades fundamentales hacen más difícil que las personas gocen de mejor salud, educación y acceso a la justicia. Esas desigualdades hacen más difícil para las personas ganar un salario decente y vivir con dignidad».
Nos guste o no, el aumento de la desigualdad se ha convertido en el rostro de la globalización, dijo.
«Las personas se preguntan con razón, ¿qué mundo es este en el que un puñado de hombres acumula la misma cantidad de riqueza que la mitad de la humanidad?»
En un mundo cada vez más complejo y multipolar, debemos redefinir el concepto de desarrollo, aseveró el titular de la ONU, quien destacó la necesidad de «una economía mundial que beneficie a todos y cree oportunidades para todos. Necesitamos construir una globalización equitativa».
Guterres dijo que la erradicación de la pobreza es y sigue siendo «nuestra máxima prioridad» y la Agenda 2030 «es nuestra hoja de ruta», pues sus objetivos y metas son los instrumentos para alcanzar ese fin.
«Ofrecer dignidad y más oportunidades a todos en un planeta sano», señaló.
En ese propósito, la financiación es fundamental, dijo el Secretario General, y agregó que la audacia de la Agenda 2030 exige cambios igualmente audaces en la labor y las actividades de las Naciones Unidas.
Estamos empeñados en crear un sistema que responda a la demanda, esté orientado a lograr resultados a escala y rinda cuentas por la prestación de apoyo para hacerla realidad, afirmó.
En ese sentido, el apoyo de la Cepal es fundamental.
Recordó el costo económico total de los desastres relacionados con el clima, que alcanzó la cifra récord de 320 000 millones de dólares, y adelantó que convocará en septiembre de 2019 a una cumbre sobre el clima en Nueva York, para cumplir los compromisos de París y elaborar planes más ambiciosos para el desarrollo sostenible.
Nos enfrentamos a numerosos desafíos. Comprometámonos a seguir creando, a seguir trabajando y a seguir luchando por una globalización equitativa que no deje a nadie atrás, concluyó.