La brigada Henry Reeve en México Autor: Marylín Luis Grillo Publicado: 29/09/2017 | 11:11 pm
Una mezcla de emociones reinaba en la sala de espera de la Terminal 5 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, donde los 40 colaboradores de la brigada médica del Contingente internacional especializado en situaciones de desastres y graves epidemias Henry Reeve esperaban su salida para México. Este sábado inician allí su labor humanitaria, pero el viernes, antes de partir, era evidente el orgullo, los nervios y el compromiso que sentían.
En esta ocasión, 19 médicos, 18 licenciados y tres miembros de apoyo fueron los seleccionados para ayudar a los damnificados por el sismo en Oaxaca, una de las regiones más pobres de la nación azteca y de las que más cerca estuvo del epicentro del terremoto del pasado 7 de septiembre.
Los galenos son en su mayoría de perfil quirúrgico —cirujanos, ginecobstetras, neurocirujanos, ortopédicos, reumatólogos, entre otros—, además de cuatro Médicos Generales Integrales (MGI) y un siquiatra; a los que se le suman diez graduados en enfermería, seis en tecnología de la salud, uno en higiene y epidemiología, una sicóloga y un electromédico, así como un logístico y dos trabajadores de servicio, explicó Rolando Piloto, jefe de la brigada y fundador del Contingente.
«Demostremos una vez más al mundo de qué madera estamos hechos los hijos de esta tierra, que a unas horas de haber sido azotados y afectadas la mayoría de las provincias del país por el potente huracán Irma, somos capaces de seguir librando combates por la vida en cualquier lugar del mundo, porque como expresara el compañero Fidel: Cuba no da lo que sobra, comparte lo que tiene», agregó Piloto en el acto previo a la partida, que contó con la presencia del ministro de Salud Pública de Cuba, Roberto Morales Ojeda.
Entre los colaboradores varios rostros son jóvenes. Héctor Manuel Rodríguez Domínguez, especialista en MGI, de 27 años, dice a JR: «Estoy nervioso y contento. Lo primero que tengo en mi mente es hacerlo bien, trabajar bien, representar a nuestro país, a la brigada Henry Reeve y hacerlo lo mejor posible con todos mis compañeros». Es su primera colaboración, su primer viaje, por loque no puede ocultar el orgullo de «ser parte de esta brigada que tiene tanto prestigio a nivel mundial».
Algo similar expresa Roelkis Velásquez, de igual edad y especialidad: «En estos momentos estoy nervioso y orgulloso, porque vamos a un país hermano no solo a brindar ayuda, sino a llevar la bandera de Cuba, el prestigio de su salud, el internacionalismo, el altruismo». Él también es pionero en ayuda internacional.
En tanto, para Juan Emilio Duvalón y Ana Ibis Martínez Despaigne, un matrimonio santiaguero de médicos especialista en Anestesiología y Reanimación, esta será la primera vez en el Henry Reeve, aunque ambos prestaron misión, en Venezuela varios años.
Duvalón sabe que «esta será una experiencia incalculable e inigualable para un profesional de la salud. Uno va a prestar su aporte solidario a otras naciones del mundo, va a contribuir a que otras personas puedan tener la calidad de vida con la que contamos nosotros». Mientras, Martínez Despaigne, una de las cinco mujeres del grupo, se encuentra preparada para dar lo mejor de sí al pueblo mexicano. «Brindarle nuestra ayuda, nuestro apoyo, ir con ellos hoy», enfatizó.
La licenciada en Sicología, Dania de los Ángeles Martos, indicó que se sentía «dispuesta, porque esas personas lo necesitan y la salud mental es muy importante. Todo el que necesite mi ayuda la va a tener».
Los colaboradores estarán en México durante al menos un mes y llevan con ellos un hospital de campaña con todos los aseguramientos necesarios, como utensilios, medicamentos y demás.
Este viernes, cuando aún aguardaban a las puertas de la terminal, Rolando Piloto le aseguraba a la prensa que el Contingente «es muestra del espíritu altruista, humanista y desinteresado de los profesionales de la salud cubanos, quienes están dispuestos a ayudar en cualquier lugar del mundo a los damnificados por situaciones de desastres y epidemias».
Los 40 miembros de la brigada saben que el compromiso con la vida no conoce fronteras.